POSADAS. Como lo diría un conocido relator de loterías: apareció el ooooocho. Sí, en el TC Misionero se concretó el deseo de los hinchas de Ford y Carlos Okulovich quebró su racha adversa en el autódromo de Oberá, llevando a su Falcon número ocho al liderazgo absoluto de una apasionante competencia del Campeonato Misionero de Pista.La emoción correspondió a la octava fecha del calendario, en la que además de la gigante reaparición de “Carlos primero” se observó una lucha intensa entre los máximos protagonistas de la puja por el título.Las series fueron ganadas por Crispín Beitia y por Carlos Okulovich, lo que los puso en la primera fila de la grilla y generó mayores apuestas a favor de los ovalados. Atrás, los que luchan por la corona, Litwiñiuk y Báez, partieron desde el sexto y el octavo lugar, respectivamente, y salieron decididos a avanzar.La primera parte de la competencia mostró a Beitia contundente, aunque Okulovich siempre lo tuvo en la mira. El Vasco intentó escaparse pero, cuando parecía que lo podía lograr, aparecieron problemas en el tren trasero de su Ford y la ilusión de descontarle al polaquito comenzó a esfumarse. Okulovich observó que el líder venía herido y lo presionó, hasta que consiguió avanzar al primer puesto.Desde ese momento comenzó otra carrera, en la que Beitia intentaba mantenerse en pista como podía y en la que se observaba una intensa disputa del segundo pelotón entre Kuchaski, Litwiñiuk, Báez, López y Mantilla.Báez ya lo tenía a tiro al Polaquito, pero en la novena vuelta apareció el auto de seguridad y enfrió esa apasionante lucha por el título. Fue en el momento en que se rompió un elemento del palier del auto de Beitia y se desprendió parte del eje trasero de su Ford, que ya se va despidiendo del número “uno”.El accidente parecía ponerle emoción al desenlace. Se esperaba una lucha fuerte entre Okulovich, Kuchaski, Litwiñiuk, Báez y Mantilla, todos juntos, pero lamentablemente al relanzamiento, por un error de los fiscalizadores (ver recuadro), se mostró la última vuelta y toda la emoción se fue al tacho.Okulovich manejó esa última vuelta sin mayores sobresaltos y quebró el maleficio de Oberá, donde en las cuatro finales anteriores venía ganando y su auto se paró.El segundo puesto quedó para Litwiñiuk, quien hizo un gran negocio, y tercero terminó Jorge Báez. Kuchaski venía segundo pero se despistó (reclamó un toque de Litwiñiuk).En fin, mientras los posibles campeones luchaban por los puntos definitivos en el TCM, apareció el oooocho y se vino el gran festejo de Okulovich y de los hinchas ovalados.AutocríticaLa final del TCM fue emocionante y el público se aprestaba para ver el desenlace. Sin embargo, una equivocación por parte de las autoridades al descontar las vueltas del auto de seguridad hizo que todos se quedaran con las ganas de ver los cuatro giros restantes que deberían haberse realizado.Esta situación generó molestia en algunos pilotos que se sintieron perjudicados y generó cierta tensión al final.Fue un fin de semana algunos desaciertos y desde el seno de la FeMAD adelantaron que en la semana habrá una reunión caliente, con una dura autocrítica, en la que se analizará a fondo los errores cometidos ayer, fundamentalmente porque sería grave volver a cometerlos, sobre todo en una definición.MICROFONO ABIERTOCarlos OkulovichGanador del TC Misionero“Trabajamos fuerte para conseguir un buen rendimiento en el auto. Al principio me costó seguirlo a Beitia. Después pude controlar las acciones y se vino el ansiado festejo. Necesitaba una alegría de estas. Se la dedico a mi equipo y a Nene Hreñuk, que también debe estar contento con el regreso de Carlitos”.
Discussion about this post