ELDORADO. El 7 de abril de 2006 los habitantes de Bernardo de Irigoyen, localidad fronteriza con Brasil, se vieron conmovidos al enterarse del crimen de la maestra Marta Isabel Ifrán (56), la tercera educadora asesinada en los últimos cinco años en este municipio (ver gris). Esta semana los tres implicados en ese violento episodio fueron juzgados y condenados por el Tribunal Penal 1 de Eldorado. Los hermanos Paulo Xavier Nogueira (26) y Everson Leandro Nogueira (24), ambos de nacionalidad brasileña, recibieron la pena máxima prevista en el Código Penal Argentino: prisión perpetua. En tanto, José Martín Machado (29) fue sentenciado a un año de cárcel en suspenso, al ser hallado culpable de encubrimiento de robo.Los dos primeros contaron con la asistencia de la defensora oficial Ana María Mayerhofer, mientras que Machado fue representado por la defensora Nuria Allou.La audiencia arrancó el miércoles de la semana pasada y culminó este martes con la lectura de las sentencias, indicaron fuentes judiciales.De acuerdo a lo ventilado en el debate, los hermanos Nogueira trabajaban como albañiles para la docente, quien residía sola en una vivienda del barrio Provincias Unidas. Fue en esa circunstancia en que planificaron apoderarse de sus bienes. Posiblemente entre la noche del jueves 6 de abril y la mañana del día siguiente, se presentaron en su casa con la excusa de hablarle sobre la marcha de la obra.Ausente sin avisoEl viernes 7, Marta Ifrán no concurrió a cumplir sus funciones habituales en la escuela en la que trabajaba, lo cual extrañó a su colegas. A las 15 de aquel día su cuerpo sin vida fue encontrado tendido en el living de su vivienda, con señales de haber recibido una brutal golpiza. Al mismo tiempo, se constató la desaparición de su automóvil Volkswagen Gol de color gris, de un centro musical y de un televisor. Se presume que también desapareció dinero, aunque esto no se pudo corroborar.A las pocas horas del hallazgo del cadáver, la policía ubicó el vehículo de la víctima, abandonado en el barrio de oficiales del Ejército. Como los investigadores no encontraron señales de violencia en los accesos a la vivienda, comenzaron a sospechar de personas que ingresaron con el consentimiento de la propietaria. Por eso orientaron las pesquisas en este sentido.Al día siguiente, en pleno operativo, los uniformados encontraron las pertenencias de Ifrán en el predio del domicilio de Machado, en el barrio Marco Grande, casi en el límite fronterizo con Brasil. Este joven admitió posteriormente que aceptó esconder esos elementos a pedido de sus vecinos, los hermanos Nogueira. Explicó que se asustó mucho al verlos llegar ensangrentados y le requirieron el favor.La policía no tardó en ubicar a los autores que, al verse sorprendidos, intentaron escapar, aunque minutos más tarde fueron rodeados y capturados. Incluso uno de ellos tenía en su poder una cartera de cuero de la maestra.En la audiencia el flamante fiscal del Tribunal Penal 1, Federico Rodríguez, requirió una condena de prisión perpetua para los ciudadanos extranjeros. Y, en el mismo alegato, amplió la acusación contra Machado, imputándolo de partícipe secundario de robo. Esto motivó que las dos defensoras pidieran la nulidad de esa parte de su alegato, ya que el acusado no tuvo la posibilidad de defenderse por el nuevo cargo. Finalmente, el tribunal les dio la razón y declaró la nulidad parcial del alegato de Rodríguez, un hecho sin precedente en los juicios en Misiones.Tres docentes y un mismo finalPese a ser una localidad con vecinos de costumbres sencillas, y de un ritmo de vida tranquilo, Bernardo de Irigoyen tuvo en los últimos años sucesos propios de grandes urbes. Marta Ifrán es la tercera maestra asesinada en esta zona de Misiones.El 23 de noviembre de 2001, una educadora fue ultimada durante un asalto perpetrado por un delincuente armado y con el rostro cubierto. Se trata de Silvia Elizabeth Figueroa (33), quien cumplía servicios en la Escuela Provincial 212 Batalla de Mbororé, ubicada a la vera de la ruta nacional 101, a unos diez kilómetros de la zona urbana.Ella acababa de llegar al establecimiento y fue sorprendida por un individuo que se apoderó de su cartera y antes de huir le disparó un balazo en la cabeza, matándola en el acto y ante la atónita mirada de sus colegas y alumnos. Por el caso fue juzgado y absuelto su esposo, el militar Ricardo Sthal, quien era sindicado como autor intelectual.El otro suceso tuvo como víctima a una maestra de apellido Galvaliz, quien recibió un disparo en su abdomen en un hecho ocurrido en su vivienda y quedó en la impunidad.
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