BOGOTÁ, Colombia (Agencias y diarios digitales). Resuelto el tema más complejo con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), la justicia para quienes cometieron delitos graves en medio de la guerra, las mayores dificultades para concretar la paz no están precisamente en la mesa de La Habana -donde falta la negociación del fin del conflicto y de los mecanismos de refrendación y verificación-, sino en Colombia.Y la batalla será política, pues incluso antes de que el presidente Juan Manuel Santos y el jefe máximo de esa guerrilla, “Timochenko”, anunciaran el acuerdo en la isla, en el país comenzaba el debate por una supuesta impunidad.Aunque el acuerdo sobre justicia incluye restricción de la libertad de entre 5 y 8 años para los autores de delitos graves, y prisión ordinaria para quienes no acepten de manera oportuna su responsabilidad, por lo menos hasta hoy la realidad indica que el 81% de los colombianos, según una encuesta de Cifras y Conceptos, quieren cárcel para los jefes de las Farc.A ésta opinión generalizada se suma la campaña de la oposición contra la manera de como se ha hecho el proceso de paz de La Habana, y representada principalmente en el Centro Democrático.Podría decirse que la batalla política por los acuerdos de paz comenzó anteanoche mismo, cuando el líder de esa colectividad, el ex presidente y senador Álvaro Uribe, afirmó que el gobierno “aceptó que delincuentes responsables de atrocidades no vayan a la cárcel, a condición de confesar sus responsabilidades criminales”. Y también el expresidente Andrés Pastrana salió a decir que no resulta fácil aceptar que los soldados y policías que han defendido a los colombianos “sean tratados de la misma forma y con los mismos parámetros que quienes asesinaron, secuestraron y causaron tanto dolor”.Claramente, el escenario propicio para que se intensifique el debate político sobre el proceso de paz son las elecciones regionales del 25 de octubre. La supuesta impunidad para los guerrilleros puede ser un mensaje poderoso ante los electores.Sobre todo cuando las Farc no se han ganado la confianza del país. Según la última encuesta Gallup, el 93% de los colombianos tienen una opinión desfavorable de ese movimiento guerrillero.Precisamente, la presencia del presidente Santos y del máximo jefe de las Farc en La Habana, cuando aún no se llega a un acuerdo final de paz, buscarían inyectarles optimismo a los colombianos frente a un proceso de negociaciones que, luego de casi tres años -se inició el 19 de noviembre de 2012-, ha comenzado a agotar al país. El 82,6% pensaba hasta hace poco que no habría acuerdo antes de fin de año.Falta ver si el acto simbólico que protagonizaron anteayer Santos y “Timochenko” le da a la paz el impulso que necesita.En tanto, se supo que las Farc no entregarán sus armas directamente al Gobierno, pero sí habrá una verificación de que ya no están en su poder y de que fueron destruidas, dijo el Alto Comisionado para la Paz de Colombia, Sergio Jaramillo.El Gobierno de Colombia y la guerrilla de las Farc no lograron resolver aún el abandono de las armas del grupo insurgente y la extradición de rebeldes.“Es claro que las FARC no le van a entregar las armas al Gobierno, pero se las van a entregar a alguien quien tiene que verificar, demostrar que esas armas fueron destruidas y que no están en poder de las Farc”, dijo Jaramillo en La Habana, donde se realizan las negociaciones.En tanto, el jefe del equipo negociador del Gobierno, Humberto de la Calle, dijo que “no habrá armas en poder de las FARC (…) el método o la manera de lograr esa dejación de armas” se está discutiendo actualmente.





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