El vicepresidente de Asociación de Productores Agropecuarios de Misiones (Apam), Cristian Klingbeil, lamentó la suspensión de la reunión que se debería haber llevado a cabo entre tealeros el pasado fin de semana donde se debería haber tratado el tema del precio del té, el inicio de la zafra y la situación actual de los teales.Explicó que los precios que se manejan “no pasan de los 90 centavos” y advirtió que “el té no es como la yerba que dejás un año y sirve, si dejas un año la planta toma una altura y es muy difícil volver a ponerlo en condiciones al teal”, recalcó Klingbeil.Remarcó que este año no se hizo la poda, y todas esas cosas se tienen que hacer ahora”, y respecto a los costos, dijo que “se han elevado, y no se sabe si el Gobierno provincial va a subsidiar el precio que debería llegar a 1,30 o 1,40 pesos por kilo de brote de té. Si no se llega a ese precio el 40 por ciento de los teales van a quedar abandonados”, aseguró.Asimismo, enfatizó que se demoró el inicio de la zafra y que muchas plantaciones se vieron afectadas por el clima. El Ministerio del Agro y la Producción local tiene el plan de subsidiar a productores, cuando este sector no logró acordar con la industria el precio del brote de té para la campaña 2015/16.En base a este plan se está realizando un censo de productores, desde hace dos semanas, que pretende diagnosticar la cantidad de productores y hectáreas para diagramar la asistencia económica. El principal problema que menciona el gobierno es la concentración en cuatro empresas donde cayó el 98% de la exportación, quedando el 2% para las cooperativas y pequeños productores.Las grandes industrias no compran a los productores y cuando lo hacen, es a precios que ni siquiera alcanzan a cubrir los costos de producción. Es que las grandes industrias tienen sus propias producciones y no necesitan o necesitan cada vez menos de las plantaciones de los productores.En esta situación, los colonos no tienen a quien venderle y cuando consiguen a quien hacerlo, el pago que reciben es muy bajo. Este año, por esta razón, no han levantado la cosecha porque el precio que pueden recibir no cubre los costos que tendrían para cosechar.“Antes las compañías venían a arrendar un teal pero ahora compran terrenos y plantan su propia producción, entonces ya no nos compran”, se quejó un colono de San Vicente, consultado al respecto.Desde la Asociación de Productores Agrarios de Misiones (Apam) precisaron que en los últimos años hubo una disminución de productores dedicados al cultivo de té en Misiones.Múltiples factoresLas reiteradas lluvias en toda la región auguraban un buen año para los tealeros; la excelente brotación suponía buenos rindes, pero la zafra terminó con convertirse en la peor en varias décadas, según los propios productores.El principal factor de la crisis se debe al fuerte incremento que tuvieron en su producción países como India y Kenia, pero también pesa el atraso cambiario del país y el incremento de costos por la inflación. La creciente concentración de las cuatro grandes empresas radicadas en Misiones y los bajos precios que le pagan a los productores.La sobreoferta deprimió los precios y el té misionero -de mediana y baja calidad- se quedó sin mercado. Los principales compradores de té argentino son Chile y EE.UU. Algunos industriales afirman que hasta fines del año pasado vendía una carga por día y ahora, con suerte, puede enviar dos por semana. “Ni siquiera están cumpliendo con los precios oficiales”, se quejó. El director de Yerba Mate y Té de Misiones, José Semeguén, admitió que los secaderos pararon de recibir la cosecha. “Tienen depósitos llenos y los compradores del exterior prorrogaron las compras y también se postergan los pagos hasta un año. Algunos productores tuvieron que realizar la cosecha y tirarla, para evitar que las plantas pierdan calidad en la brotación.Los últimos datos conocidos revelaron que las exportaciones de té de Misiones tuvieron un retroceso del 16% respecto al año pasado, y las que todavía se están realizando quedaron concentradas en pocas manos, y no precisamente la de los productores.Sobre el panorama económico, la consultora DNI (Desarrollo de Negocios Internacionales) afirma que la caída de las exportaciones se debe a algo mucho más que el atraso cambiario, y resalta entre ellos el incremento de costos en la operación privada (inflación); y por cargas públicas (presión tributaria); política cambiaria que afecta la competitividad internacional; e insuficiente o debilitada política comercial internacional, apertura de mercado, y pérdida de diversificación de mercados internacionales en productos industriales.“En por lo menos los últimos dos años, países que son competencia para nuestros tés, están siendo mejores en precio, y nos están sacando mercados. Estamos dejando de ser competitivos a nivel mundial”, reconoció un empresario.Crisis de concentraciónEl té ocupa el segundo lugar en las exportaciones de Misiones y la mayoría de su producción es destinada al mercado externo. Genera un importante número de puestos de trabajos, tanto directos como indirectos, pero en la actualidad es insostenible.El té se exporta en un 95% y es la segunda exportación de Misiones (después de la celulosa) con unos 100 millones de dólares por año, de allí la importancia para esos miles de productores.Contexto históricoSegún detalló en una investigación el docente universitario Víctor Rosenfeld, en los últimos 30 años la desregulación de las producciones agropecuarias produjo “profundas transformaciones y liquidación de los chacareros. De 10 mil pasaron a ser solo 4.700 los productores activos según el Censo Nacional Agropecuario del 2002”, advirtiendo que el descenso se produjo en los productores muy chicos en superficie con té. El descenso del número de explotaciones ha continuado y la concentración es mayor; la superficie productiva supera las 40.000 has, y predominan muy grandes productores que han comprado o alquilan las plantaciones. “Todo este proceso de concentración fue acompañado por cambios en el proceso productivo; pasamos de la cosecha manual en los ‘50 (1950-60) con mucha mano de obra, a la cosecha con máquinas individuales por chacra de propiedad del productor con entrega directa a la industria, a la cosecha altamente mecanizada por intermedio del contratismo, combinado por el alquiler de las plantaciones en la actualidad”, describió Roselfed en su informe. “Fue un proceso en su esencia similar al de la sojización (en otra escala); se va produciendo el abandono del cultivo por los productores en dos etapas, primero el alquiler al contratista y la industria y luego continúa con la venta de las plantaciones y al abandono del campo. También la concentración se produjo en la industria, se fue pasando de cerca de 250 secaderos en los inicios, a poco m
ás de 100 en los años 80 y sólo 52 en la actualidad. Pero con el detalle de que cuatro industriales concentran el 80% de la producción y exportación. El principal mercado es Estados Unidos que consume té de inferior calidad: su destino es ice-tea (té helado) que es popular y muy barato de consumo con expendedoras automáticas. Las cooperativas que anteriormente tenían una importancia fundamental, han reducido su participación a un mínimo o desaparecido, como es el caso de la Coop. Agrícola Ltda. de Oberá o la de L.N. Alem que contaban con varios secaderos y miles de productores asociados.Estos cambios fueron acompañados por un aumento de casi el 80% en los rendimientos por hectárea que han pasado de un promedio de 5.000 kg. verdes por hectárea a los 8-9.000 kgs. por hectárea actuales, recordó Roselfeld.Se produjo un gran aumento de la producción de té para la exportación (40-50.000 toneladas por año se pasó a más de 90.000 toneladas). Al mismo tiempo se produce un aumento en los precios de exportación que pasaron de menos de un dólar por kilo a 1,35 dólares por kilogramo de té, como ha pasado con muchos productos primarios. Esta baja evidente de los costos productivos, el aumento de los rendimientos y de los ingresos por exportación en vez de resultar en una mejora para los miles de productores, ha derivado en nuevas crisis casi todos estos años. Las grandes empresas dejaron de pagar el té entregado por los productores en término en este año, se fueron produciendo reuniones y concentraciones en varias partes de la Ruta Nacional 14 reclamando precio y el pago. Hubo amenaza de corte de la ruta 14, finalmente el gobierno nacional comprometió en enero 30 millones de pesos en créditos para la compra de té a la industria que viene a cuentagotas. Ni siquiera llega esa cifra el 5% que cobra el estado nacional por retención a las exportaciones de té. Estos anuncios apagaron momentáneamente la protesta, pero los problemas continúan y es de esperar nuevas protestas.




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