Ella llegó al taller de Feng – Shui creyendo que iba a diseñar muebles… y aprendió a diseñar su vida escuchando a su corazón.Apenas estaban las inscripciones abiertas llamó para preguntar sobre el curso, quería saberlo todo con lujo y detalles de “¿qué se trata?”, “¿qué vamos a dar?”… etc. La voz en el teléfono le dio los datos necesarios y le terminó diciendo vení a experimentarlo, no se pueden explicar las vivencias por teléfono y confía en esa parte de voz que está llamando y que siente hacerlo. Bueno le dijo nos vemos el día que inicia el taller y cortó. Al otro día, chateaba con la maestra de Feng-Shui nuevamente volviendo a preguntar por el taller, sobre esto y aquello, otro y…, y… Le volvió a responder del otro lado del teclado ¿a vos no te gusta que te sorprendan? Sabiendo que ella tenía la manía de querer controlar todo y a todos, sin poder soltarse a disfrutar de lo que su alma le estaba pidiendo.Llegó puntual y con todos los materiales esa siesta a la Farmacia Natural, mirando con mucho detalle a la persona que le daría el taller… su mirada estaba llena de expectativas y llena de ideas de cómo sería y de lo que esperaba del taller. La maestra la recibió con mucho amor y la observaba con toda tranquilidad dejándola que ella experimente todas esas impaciencias… toda esa ansiedad.A medida que iba avanzando el taller ella se dio cuenta que el taller no era para decorar su casa o de diseñar muebles solamente, se dio cuenta de que en realidad se trataba de su verdadera casa: “Ella misma” y que su brújula era su corazón .Allí empezó a sorprenderse con las clases de la maestra y de ella misma, a darse cuenta… a expresar lo que iba sintiendo. Tomó conciencia que su impaciencia era tal que no soportaba cuando una compañera era diferente a ella, que tenían otro ritmo…Ella, desde niña había desarrollado el hábito de hacerlo todo y arreglárselas sola, como sea. Y se exigía en hacerlo todo perfecto… le costaba mucho entender que otras personas no fueran así.Por otro lado estaba tan ciegamente metida en el mundo que no podía entender: “estáte presente” ó “confíen en el universo”, “la vida les da todo, solo estén dentro de ustedes mismas amándose, escuchando, sintiendo qué es lo que hoy necesitan”. “No es lo mismo vivir que disfrutar de la vida", ella la miraba con una mirada inquisidora y a la vez pícara porque le había tomado cariño a la maestra, ya que sus palabras le sonaban muy profundo en el corazón, pero su mente necesitaba pruebas y más pruebas…La maestra se daba cuenta de ello, pero no le decía nada solo la dejaba que viviera su proceso, ella necesitaba controlarlo todo, no entendía eso de “dejar fluir”, no podía entender cómo: “suelto, suelto, suelto”…A medida que más se iba metiendo dentro de ella misma amándose tal cual es, pudo empezar a entender lo que le provocaba sufrimiento. Cuando necesito controlarlo todo estoy en mi cabeza, siento mucho miedo a soltar y dejar que las cosas fluyan naturalmente. Es un lugar donde no puedo confiar en el proceso de creación natural de la vida, necesito controlar porque no puedo relajarme y confiar en mí, ni en la vida… Ella comprendió que hay un control necesario: controlar la empresa, controlar la limpieza en la casa, que la comida sea sana y nutritiva. Controlar que las boletas estén pagas o controlar el diseño de la publicidad de su empresa…Pero el otro control, el de controlar a todos y todo por falta de confianza, por miedo a Ser o miedo a desbordarse, o miedo a SER ELLA MISMA y que la amen como es, no era necesario. Ese fue su HERMOSO proceso: el soltar, Confiar y dejarse sorprender por su maravillosa vida.Hasta la próxima experiencia real.Bendiciones.Colabora: Sandra De MarchiAsesora De Feng Shui- Decoradora. En [email protected]. Fijo: (376) 44-25987




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