En la primera salida subió al 28 con su guitarra al hombro y tras presentarse y contar su sueño, interpretó tres temas. Antes de bajarse en una parada del centro de Posadas, pasó la gorra y juntó 36 pesos. Fue un buen comienzo para aportar a los fondos con los que costeará los gastos para llegar a Europa. “Hola señoras y señores!. Soy un chico de barrio. Nunca hice ésto, que es mas que nada para transmitir buena vibra. No vengo a pedir plata sino a ganar experiencia para un viaje que quiero hacer a Alemania”. Con esta frase improvisada, Nico subió al transporte urbano con la guitarra al hombro y comenzó a cantar, alentado por sus amigos. El propósito de la espontánea incursión de este alumno del quinto año Automotores del Instituto San Arnoldo Janssen tiene como fin reunir dinero para viajar a Europa y continuar allí la carrera de ingeniería mecánica. Pero también poder seguir estudiando música, que es algo que lo apasiona desde niño, cuando en su casa rompía los baldes emulando a batería. Con sonrisa plena, matizada de timidez y una dosis de nervios, aseguró que “no me imaginé tocar en un colectivo. Nunca tuve las agallas pero mis amigos, me incitaron. Me dijeron: dale mandate, es una oportunidad única para juntar plata para tu viaje”. Como tenían que venir al centro a comprar cosas para la Estudiantina, “agarré la guitarra, y todo fluyó. A los pasajeros les conté que soy músico, que toco el saxo, y que en Europa, además de estudiar, me gustaría hacer música”, agregó, recordando la primera incursión, en la que al pasar la gorra, juntó 36 pesos. Tras abordar el 28, en San Martín y Blas Parera, deleitó al pasaje con “Clásica y moderna”, de las Pastillas del Abuelo; luego con “Oso”, de Moris, y terminó con “Piensa”, que es un tema propio en el que “habla de lo que me gustaría ser, de tener un pino y pintar gaviotas”, dijo, y comentó que “sentí que era algo diferente, que no era un chico más subiendo a un bondi, cantando una canción, porque les conté un poco mi historia y los empece a mirar a los ojos. Por eso al bajar me desearon éxitos”.Dentro de un año y medio, Nico piensa emprender la travesía junto a su compañero Robin Hendrik Bach, cuyo padre también cursó en el Janssen y luego se radicó con su familia en Alemania. “Él me va a guiar para conseguir la estadía, y después me largo solo. Me voy por seis meses para conseguir academia y ambientarme. Si me va bien, espero quedarme, aprender alemán y regresar con mi titulo. Ingeniería mecánica es muy larga pero como voy con Dios, todo fluirá de otra manera”, manifestó confiado de su acompañamiento. Destacó el apoyo de su papá: Mario Alberto, sus hermanas Cintia, Magdalena y Verónica, su novía Rocío Duarte, y de su mamá, Ana María Aguirre, a quien considera “una genia. Ella siempre quiso que fuera ingeniero y me bancó en el tema de la música. Cuando era chico le rompía baldes, después me compró una guitarra a la que dejaba y después de un tiempo volvía tomar”, dijo Nico, quien se define autodidacta y que los martes toca el bajo en la iglesia Presencia de Dios, donde también pudo incursionar en piano. Junto a Jeremías Duarte y Joaquín Madelaire formó la banda “Loor” con la que “pregonamos alabanzas a Dios y mucha buena vibra musical”.





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