Los viajeros que pasan por la terminal de ómnibus de San Vicente deben soportar los fuertes olores nauseabundos que emanan de la cámara séptica que está al lado de los andenes y que provienen de los baños de la estación. Pero los que más sufren esto son los trabajadores y los vecinos de la zona.El dilema de los baños de la terminal de ómnibus es permanente desde que se inauguró. Hay problemas de drenajes y deben recurrir a maniobras que involucran a camiones cisternas para destrancar las cañerías con la presión de las aguas que introducen por los extremos.Muchas veces se creyó que los fuertes olores que hay en la terminal se debían a la falta de limpieza en los sanitarios, sin embargo esto no es así. La cuestión es que no hay pozo negro que contenga el líquido cloacal y la cámara séptica es muy chica, por lo que tiene problemas de contención y se desborda con facilidad.Por la terminal de ómnibus pasan miles de pasajeros diariamente. Son más de ciento veinte líneas de corta, media y larga distancia que tocan el andén y se les cobra un impuesto. Además hay locales que se alquilan para kioscos, restaurantes y boleterías. Todos dejan un ingreso económico al municipio. Sin embargo, no se ve por parte de la Comuna una devolución por medio de los servicios que ésta debe prestar, o, por lo menos, asegurar la limpieza y el saneamiento en el predio.La cámara séptica está ubicada detrás de los colectivos que estacionan en los andenes para bajar o subir pasajeros. Allí hay un espacio verde con césped y se puede ver un caño de PVC que hace de respiradero. Debajo está la cámara encargada de deshacer y licuar los desechos de los baños y luego el líquido negro corre por un caño hasta una alcantarilla que pasa por debajo de la colectora de acceso a la terminal y luego toma una zanja y cruza por debajo de la ruta nacional 14 y se pierde del otro lado.Hace unos años atrás el Municipio hizo un pozo negro grande que tenía la capacidad de mantener y contener todo el fluido de los baños. Cuando se hicieron las modificaciones en la terminal y se asfaltó la colectora, se rompieron los caños y la solución que dieron fue usar únicamente la cámara séptica como único depósito. La consecuencia es la intensidad de malos olores que se sienten constantemente todos los días en la zona aledaña a la terminal de San Vicente.





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