ASUNCIÓN, Paraguay (Agencias y diarios digitales). Unos quince choferes de autobuses despedidos y en huelga de hambre en Paraguay se perforaron la piel de las manos y labios, tendidos sobre tablas como si estuvieran crucificados, en señal de protesta.“Vamos a endurecer nuestra posición en los próximos días. Esto ya no tiene marcha atrás porque fuimos despedidos 51 trabajadores”, dijo Juan Villalba, líder sindical de la Federación de Trabajadores del Transporte.La protesta afecta a la línea 49 de transporte urbano. Los sindicalistas están dentro de una carpa frente al ministerio del Trabajo en la zona céntrica de la capital paraguaya.Al menos dos de los trabajadores se perforaron los labios para introducirse grandes clavos curvos, en forma de U. Otros se hicieron clavar la piel en la palma de las manos pero sin comprometer nervios vitales. Llevaban hasta ahora varios días en huelga de hambre.Los sindicalistas exigen también que el ministerio del Trabajo reconozca un sindicato recientemente creado de la línea de transporte.El ministro del sector, Guillermo Sosa, desmintió que fueran 51 los despedidos y dijo que “son 10, en tanto 41 son los que decidieron adherirse a la medida de fuerza”. “Es más, se les ha enviado notificaciones pidiéndoles que se reintegren nuevamente al trabajo”, explicó.El ministro calificó de “chantaje” la táctica de protesta. “Apelan a la compasión para recuperar sus puestos laborales”, afirmó. Dijo que la ley permite a los empresarios desprenderse de sus trabajadores “siempre y cuando paguen la indemnización correspondiente”. César Ruiz Díaz, presidente del Centro de Empresarios del Transporte del Área Metropolitana (Cetrapam) criticó la acción de los choferes. “Antes que buscar una salida negociada, prefieren usar la presión a la empresa. Este método viola la ley laboral y penal”, enfatizó.“El Gobierno nos presiona a invertir en vehículos nuevos y ahora nos quieren obligar a tomar trabajadores a los que no queremos. No nos pueden imponer a contratar choferes”, manifestó.Los sindicalistas por su parte acusan al ministerio de operar a favor de los empresarios. “Si no responde la patronal vamos a convocar a una huelga general”, amenazaron los gremialistas del transporte.El sacerdote jesuita español Francisco Oliva, junto con representantes de organizaciones sindicales, pidió mediante una carta remitida al presidente de Paraguay, Horacio Cartes, que intervenga en el caso de los chóferes crucificados.La carta, firmada además por defensores de los derechos humanos como Martín Almada, Premio Nobel de la Paz alternativo y representantes de trabajadores, expresa la “indignación, condena y repudio” por los “actos antisindicales” de la empresa propietaria de la línea 49 de autobuses.Denuncia además que los chóferes de la compañía trabajaron por más de diez años “bajo explotación laboral, abusos de poder y tratos inhumanos por parte de la patronal”, con “jornadas de trabajo excesivas”, cobrando salarios por ronda y no sueldos mensuales, y sin derecho a la seguridad social.Lamentan además que los trabajadores crucificados hayan sido víctimas de la “represión directa” y la “criminalización de las luchas sociales, como en la época de la dictadura militar” de Alfredo Stroessner (1954-1989).Los firmantes de la misiva critican también la actitud del propietario de la empresa, el diputado del opositor Partido Liberal Celso Maldonado, y del ministro de Trabajo, Guillermo Sosa, al que tildan de “verdugo de la clase trabajadora” y de “conocido nostálgico de la dictadura” por no atender a los reclamos sindicales.Precisamente Sosa dijo este martes ante la Cámara de Diputados que “reclamar mediante crucifixiones es una medida absolutamente ilegal”.




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