Ante la severa crisis que atraviesan las economías regionales, 350 presidentes y dirigentes de cúpula de todo el país representando a 220 entidades y 28 complejos productivos, manifestaron la necesidad de que se declare la emergencia. Entre las medidas necesarias generalizadas, pidieron devolución de reintegro de IVA, quita de retenciones, reembolsos de las exportaciones y compensaciones por distancia a puertos. El plenario se llevó a cabo en el nuevo edificio de la Came, donde participaron los sectores vitivinícolas, peras y manzanas, tabacaleros, frutas finas, apícola, granos, citrícola, arrocero, yerbatero, tealero, hortícola, azucarero y lechero.“Necesitamos un nuevo pacto fiscal que ordene el descalabro de la presión fiscal argentina y así recuperar rentabilidad”, señaló Raúl Robín, presidente de Economías Regionales de la Came.Por su parte, Federico Gardea de la Cámara de Industriales Arroceros de Entre Ríos, reclamó “financiación y previsibilidad ahora”, pues “estamos enfrentando un desastre agropecuario, no nos alcanza ni para pagar el flete”.“Queremos que los equipos técnicos de los candidatos presidenciales trabajen en medidas integrales”, destacó Otto Gramajo, presidente del Centro de Agricultores Cañeros de Tucumán, mientras que Eduardo Garcés, de la Federación de Viñateros y Agropecuarios de San Juan sentenció: “Velamos la vitivinicultura en Cuyo pero los gobernadores no nos escuchan. Necesitamos que los gobiernos provinciales no solo nos atiendan, sino que nos entiendan y tomen medidas, que devuelvan la rentabilidad al campo argentino”.A su turno, Jorge Figueroa, presidente de la Federación de Productores de Frutas de Río Negro y Neuquén añadió que “esto nos lleva a realizar medidas extremas. Hemos generado un periplo de acciones ante el Gobierno nacional, tenemos pérdidas increíbles”. “Cuando uno quiebra el productor en su voluntad, en su autoestima, es muy difícil volver a ponerlo a trabajar. Esto no es solo una ecuación económica, este sistema está fundiendo al productor y encima nos están importando fruta. El ahogo y extorsión a los productores por parte de supermercados y las grandes cadenas de comercialización nos están llevando a la quiebra”, completó.“Traer una caja de citrus a Buenos Aires sale lo mismo que llevarla a Ámsterdam”, sentenció José Carbonel, presidente de la Federación Argentina de Citrus.Hasta 49 veces menosEs que el documento de la entidad empresaria que conduce Osvaldo Cornide reveló que los consumidores pagaron hasta 49 veces más por un producto o alimento de lo que recibió el productor agropecuario en el campo.De esta manera, para una canasta de 20 alimentos se encontraron algunas situaciones casi inexplicables: por la uva de mesa -aunque es la época de menor consumo del año- el consumidor pagó en agosto 48,9 veces más de lo que recibió el productor.En segundo lugar la naranja (con una brecha de 14,7 veces), seguido por la manzana roja (13,4 veces), la pera (12,9 veces), el arroz (11,64 veces) y el limón (9,8 veces).“La amplia brecha entre el precio de origen y el precio de destino es un reflejo de las distorsiones en los valores de los productos que se producen hacia el interior de la cadena alimentaria, donde el productor es el principal perjudicado”, se advirtió.“Si bien hay productos que tienen estacionalidades, las diferencias llegan a ser injustificables”, indicó el informe. “Los productores sólo reciben una ínfima parte del precio final al cual se venden los productos”, agregó.Por su parte, Nieves Pascuzzi, economista de Coninagro, sostuvo que la cadena de pagos “esté rota” y esté “en peligro” la continuidad laboral de 1,5 millón de puestos de trabajo directos en el interior del país.“En el caso del sector triguero, hoy el productor exhibe mucho cheque rechazado, principalmente en el sudeste bonaerense, donde se requiere refinanciar deudas con bancos y también reestructurar las deudas con vendedores de insumos y semilleras”, explicó Pascuzzi.Según la economista, otras situaciones de precariedad económica, que traban el normal movimiento de la cadena de pagos, se ven en otras regiones del Interior.“Por ello, la actividad en las economías regionales resulta crítica, ya que exhiben una ruptura en la cadena de pagos. Y allí se pone en riesgo casi el 10 por ciento del empleo en estas economías, que contratan a 1,5 millón de personas de manera directa”, consignó Pascuzzi.La especialista afirmó que a esta problemática del campo se le suman la crisis que enfrenta la provincia de Buenos Aires, con un 40 por ciento de su territorio afectado por inundaciones, y a los que se le agregan otros departamentos de sur de Santa Fe.





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