Su papá contó que estuvo en el SAMIC de Eldorado pero pidieron el alta voluntaria, no la atienden bien. Versiones encontradas sobre suministro de leche especial.
Hace un año PRIMERA EDICIÓN contó el caso de Rita, una niña mbya guaraní perteneciente a la aldea Guapoy, que nació en el hospital Materno Neonatal de forma prematura, con solo 750 gramos de peso. Su mamá, Renata, la tuvo con solo cinco meses de gestación.
Mientras estuvo internada, su papá Elías y su mamá no se alejaron de Neo e inclusive hubo noches en las que durmieron en una plaza, hasta que alguien les brindó cobijo. Hace pocas semanas ella cumplió un año. Aún tiene algunos problemas de salud y no puede ser llevada a los controles periódicos que por su condición de prematura debería tener.
Este Diario se comunicó con su padre, quien nos relató que tras cuatro meses de estar internada en Posadas volvieron a su comunidad y pasó otros seis internada en el SAMIC de Eldorado. Elías considera que no la atendieron bien allí y en los últimos días pidieron el alta voluntaria de su hija. Era como si querían sacarnos a la nena, porque decían que nosotros no la cuidábamos bien, relató.
Rita hoy pesa seis kilos y está en la aldea junto a su familia. Su papá dijo que no confían en la atención que le brindan en Eldorado y por ese motivo quieren traerla a Posadas para hacerle los controles periódicos.
Sin embargo Elías contó que Adrián Saldía, el funcionario de Salud Pública que está encargado de la asistencia sanitaria en las aldeas aborígenes, dejó de prestarles ayuda. Tenía que poner un vehículo para que cada mes la lleváramos a Posadas pero solo una vez hicimos ese viaje, aseguró.
Contó también que en todo el tiempo que la niña estuvo internada en Eldorado, no vieron ninguna mejoría en ella. Salió de ahí con una neumonía, indicó. Consideró que el cuidado que recibe en el SAMIC es muy distinto al del hospital Materno.
Señaló además que no reciben visitas de médicos en la aldea y recordó que su suegro tiene un chico discapacitado que necesita asistencia. En ese sentido, subrayó que le prometieron una cantidad suficiente de leche especial para su hija, pero solo le trajeron tres, cuando ese tipo de alimentación es esencial para Rita. Hoy la nena toma leche común que consiguen en la salita.
Está bajo control
Este Diario tomó contacto con el responsable de la Dirección de Salud Indígena, Adrián Saldía. El funcionario desmintió que la pequeña Rita no esté siendo atendida. Es un paciente bajo control, que recibe leche recetada especial, mensualmente, y que periódicamente tiene sus controles en el SAMIC de Eldorado o acá, en el hospital de Pediatría, explicó.
Por otra parte indicó que la familia ya no vive en la aldea, sino en el barrio Primavera de la localidad de Wanda.
Como había señalado el padre, Saldía reconoció que la pequeña solo estuvo una vez en el hospital Pediátrico, porque pasó mucho tiempo internada en Eldorado. Al respecto indicó que fue atendida como cualquier otro paciente, y desde ese nosocomio tampoco informaron acerca de algún problema o alguna queja de los padres. Dijo también que cada vez que Rita necesita hacerse los controles periódicos, estos se realizan en tiempo y forma.
Pacientes olvidados
Cuando hace poco más de un año se conoció el caso de Rita, PRIMERA EDICIÓN viajó a la aldea Guapoy y pudo conocer el caso de Enriquito, el hijo de Salustiano, quien es el papá de Renata, la mamá de Rita. El chico de siete años también había nacido prematuro, no camina y no habla.
No pudieron llevarlo a Buenos Aires porque su mamá no tenía documentación. Sí lo trajeron hasta Posadas un par de veces para hacer rehabilitación. Como el intendente había perdido las elecciones ese tratamiento se cortó en aquel momento.
El caso de Enriquito desnudó la falta de atención de Asuntos Guaraníes a quien Salustiano denunció que no iban nunca a ver las necesidades. Solo les daban chapas y colchones y con eso los mantenían.
Además, de forma irregular les cargaban la tarjeta social con la que podían comprar mercaderías por valor de 600 pesos, al menos hasta el año pasado. También reconoció que la situación era compleja al momento de pedir ayuda, porque el Consejo de Caciques y el Consejo de Ancianos de la aldea trabajan de diferentes formas y la política provincial estaba metida en ella.
Silencio desde el SAMIC
El martes pasado, el ministerio de Salud Pública informó que en 2017 atendieron más de 50 mil consultas en las 116 comunidades mbya de la provincia. Entre ellas realizaron 1.170 controles de embarazo y 22.318 controles del niño sano, como así también la entrega total de 16 mil kilos de leche.
Este Diario intentó comunicarse sin éxito con autoridades del Hospital de Eldorado para contrastar las declaraciones del papá de Rita. En ese sentido solo accedimos a las palabras de Adrián Saldía, quien como hemos visto, negó que se haya desatendido el caso de la niña.
Al parecer, lo único cierto serían los constantes problemas que sufren las comunidades aborígenes, que quedan en medio de los dimes y diretes de la política o del mejor no hacer ruido con eso.
No es que fuera mentira la atención que se le brinda a los mbya , según lo que los organismos y funcionarios públicos declaran, sino que el problema es la duda razonable que esto suscita.
Si el padre cuenta que le falta leche especial a su nena y no la traen a Posadas a los controles como (según dijo él) le habían prometido, esto genera dudas sobre la eficacia y calidad de la atención que recibe la pequeña. Y esto ocurre, además, en un contexto de vulnerabilidad de los integrantes de la comunidad a los que les cuesta relacionarse y entender la medicina del hombre blanco.
Es evidente que algo ocurre, porque ante la requisitoria, ni siquiera las autoridades del hospital SAMIC de Eldorado quisieron hablar sobre el tema. Mientras tanto, Rita cumplió un año con solo seis kilos.





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