¡Hola queridos amigos!
Nuevamente nos encontramos aquí para despedir otro año y comenzar a darnos unos a otros los buenos deseos para el año que se inicia.
Este ritual de los buenos deseos es muy bonito y hasta efectivo cuando el deseo es hecho desde el corazón. Pero hoy quisiera llegar más allá y enseñarles algo de magia, para que no queden como una mera expresión.
Voy a traducir del lenguaje simbólico que ocupaba Jesús, del versículo 111 de El Evangelio Gnóstico de Tomás, que ya se los introduje la semana pasada, para ayudarme a hacerles entender cómo funciona la magia.
Dijo Jesús:
Arrollados serán los cielos y la tierra en vuestra presencia, mientras que quien vive del Viviente no conocerá la muerte; pues quien se encuentre a sí mismo, de él no es digno el mundo.
Traducción:
Para aquellos que dicen amar a Dios pero no practican sus obras por tener su mente distraída en cosas que no son de Él, por lo tanto no viven del Viviente, el mundo será arrollado ante su presencia; tanto el mundo que ellos se han creado al atraer hacia sí lo semejante a los pensamientos que mantenían, como los cielos y la tierra a su alrededor, pues verán sólo las catástrofes y guerras sin interpretar la danza energética que surge de ellas, y al no haber nunca intentado detenerse a experimentar el amor del Padre, pierden la capacidad de apreciar la belleza; mientras que quien vive del Viviente no conocerá la muerte, pues al conocer al Padre conoce Sus secretos y entenderá que la muerte no existe, que es tan sólo un cambio de estado.
Para que lo puedan interpretar mejor, ejemplificaré con los distintos estados en que se puede presentar el agua; el hielo representaría la forma densificada en que se encuentra el alma al estar en un cuerpo físico, al evaporarse es como cuando el alma vuelve a su estado de espíritu, va cumpliendo sus ciclos, pero siempre sigue siendo agua. Así nosotros somos espíritus eternos en ciclos de encarnación y desencarnación y en este tiempo tan especial que nos toca vivir en que se ha cumplido un gran ciclo en que nuestro sistema solar ha completado un día galáctico, podríamos llegar a ver lo que literalmente dice Jesús: Arrollados serán los cielos y la tierra en vuestra presencia , y tan importante acontecimiento nadie sabe cómo se va a desplegar.
Como corolario de este versículo cargado de anuncios espectaculares, Jesús nos vuelve a dar la fórmula mágica para llegar a hacer que el mundo no sea digno de nosotros y los cielos y la tierra se arrollen ante nuestra presencia, y es cuando nos encontremos a nosotros mismos y reconozcamos la presencia Yo Soy en nosotros, y al recobrar nuestra divinidad, lógicamente no conoceremos la muerte.
Vemos entonces en la traducción de este versículo, que la magia radica en no distraer nuestros pensamientos en cosas que no pertenezcan a Dios, pues si el Universo actúa como un espejo que manifiesta los pensamientos-sentimientos que sostenemos en el tiempo, vean la importancia de mantenerlos adheridos a Dios ya que estamos creando permanentemente con ellos, y si nos distraemos con las malas noticias, los juicios, propios o ajenos, de cosas que están establecidas como correctas o incorrectas, seguiremos creando más guerras, catástrofes o más situaciones que enjuiciar.
Sabiendo esto, yo les propongo imaginar el mundo que deseamos vivir, llevarlo a nuestros sueños, es decir, de ser posible, tratar de soñar con nuestros deseos ya realizados o en su defecto imaginarlos en ese sueño paradoxal, que es justo el tiempo antes de dormir y crear para el Bien en vez de hacerlo por defecto con nuestros pensamientos erráticos.
Haciendo el trabajo interior de conocernos a nosotros mismos hasta encontrarnos, veremos el rostro del Viviente dentro nuestro, reconociendo allí nuestra divinidad. Además si el Viviente, el que nunca muere, es Quién habita en nosotros, por lógica, tampoco conoceremos la muerte. Y allí nuevos cielos y nueva tierra verán nuestros ojos pues a través de ver las cosas con los ojos de Dios, los estaremos creando.
El alma olvida su procedencia
El alma sale del amor
es parte de él. Es el Amor.
En su peregrinar olvida su procedencia,
y cree que es otra su esencia.
Cuál es el amor que no se multiplica en palabras vanas?
Es aquel que se refleja en actos que del corazón manan;
actos que al sembrar dulzuras,
sólo cosecharán hermosuras.
Recuerda que lo que das es lo que recibes,
y al cielo sólo llevas lo que diste.
No importan los desencantos
ni las vicisitudes de la vida ni el quebranto,
cuando en tu interior sabes Quién Eres,
de dónde vienes, y a qué lugar perteneces.





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