Desde hace 50 años el Gobierno de Japón está comprometido con el desarrollo y formación de profesionales argentinos a través de su Programa de Becas del Ministerio de Educación, Cultura, Deporte, Ciencia y Tecnología de su país. Es por eso que una funcionaria de la Embajada de Japón en Argentina y exbecarios llegaron a Misiones para brindar charlas informativas en colegios tanto de Posadas como de Oberá, replicando el éxito que tuvieron en Salta, Jujuy y Tucumán y que buscarán lograr en Chaco, Formosa y Corrientes durante esta semana. Los selectos pueden cursar estudios universitarios, de posgrado y de perfeccionamiento docente en prestigiosas universidades japonesas.Cada becario podría recibir hasta una suma cercana al medio millón de pesos destinados a su formación. De esta manera se ofrece la posibilidad de vivir una experiencia académica y social única en el país asiático al posibilitar el intercambio cultural de estudiantes argentinos con japoneses, bajo un programa de becas que cubren tanto el costo educativo como el de vivienda y recreación.Tania Horiuchi, del Centro Cultural e Informativo de la Embajada de Japón en Argentina, contó que a partir del año pasado cuentan con un presupuesto diferente del Gobierno japonés que permite realizar estas charlas, buscando descentralizar y hacer foco en las provincias a las que cuesta más llegar a Capital Federal. “Lo importante es que sepan que existe y que no es tarde para un chico del secundario ni para un universitario tampoco para un profesional”, dijo, al tiempo que recordó que el viernes brindaron charlas a alumnos de los últimos años del Colegio San Basilio y del Instituto San Arnoldo Janssen. Indicó que la idea primordial de esta beca “es que el ciudadano adquiera todos los conocimientos posibles tanto académicos como culturales para que al regresar a la Argentina pueda aplicarlos en lograr una sociedad mejor”. Admitió que la mayoría de los becarios regresa al país pero que “hay algunos que se quedaron y siguieron con su vida allá. O continúan sus estudios pero en otros países y en ocasiones perdemos el rastro”. Experiencia enriquecedoraValeria Escliar es doctora en economía, oriunda de Buenos Aires. Hizo la licenciatura en la UBA y en 2010 viajó para hacer el posgrado. El primer año estudió japonés en la universidad porque era parte de su programa y del período de adaptación. “Increíble” fue el término que eligió para definir en una sola palabra la experiencia vivida en el continente asiático. “Hacer un posgrado, hacerlo en el exterior y encima en Asia, es un montón. Te construye como profesional pero sobre todo como persona, te hace salir de tu zona de confort y descubrís que tu manera de ver las cosas, no es la única manera posible ni la mejor”, señaló, e insistió con que “es imposible resumir la experiencia en una frase: me ensanchó la perspectiva, me cambió la cosmovisión y perdí esto de que las cosas se pueden hacer de una sola manera. Tengo en claro que son muchas, que las miradas son distintas y que no necesariamente son competitivas sino paralelas. Siempre quise quedarme lo máximo posible pero nunca para siempre. Esa fue otra motivación para ingresar al doctorado porque sentía que no había aprendido todo lo que podía aprender de vivir en Japón. Pero siempre tuve en claro que Argentina es mi lugar, que independientemente de cuantas paradas haya en el camino quiero que Argentina sea la última”, graficó.Andrés Duarte Loza nació en Buenos Aires y es magíster en Bellas Artes. Sostuvo que fue una experiencia “muy buena porque pude especializarme en aplicaciones tecnológicas para la música y el sonido, en particular para audiovisuales que era mi tema de investigación”. Además hizo otras tantas cosas que no tenía planeadas. Entre ellas, artes marciales que fue lo primero que lo conectó con Japón, porque las practica desde los 6 años, y estudiar koto (instrumento musical). Confió que fue becario por tres años y que se quedó cinco. Viajó con un conocimiento básico del idioma, insuficiente para un nivel universitario, “pero lo logré allá aunque tuve que hacer un gran esfuerzo. No es fácil pero es muy posible. Y uno encuentra asistencia y contención en todas las etapas del recorrido. Hay una preocupación porque el estudiante extranjero se sienta a gusto y que el programa que curse esté al nivel de sus posibilidades”. “A quienes hacemos música en sentido académico, Europa es el centro donde más se enfoca. Pero Japón puede ser un destino alternativo a Europa en muchos sentidos y uno de ellos es la música. Tiene muchas cosas para aportar”, aseguró.





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