Una misionera de 56 años fue condenada a dos años y seis meses de prisión por estafar y someter con violencia a una anciana, hoy de 93 años, y birlarle más de dos millones de pesos y tres departamentos, con sus respectivas cocheras, en el barrio de Recoleta en Capital Federal.Rosa Elva Rudakoff es oriunda de Leandro N. Alem y fue condenada a fines de abril por el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional 1 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires como responsable del delito de “circunvención de incapaz en concurso real con el de privación ilegítima de libertad agravada por ser cometido mediante violencias y amenazas”, contra la odontóloga Chaja Leja Brikman, quien la había contratado para cuidarla en su semipiso en el selecto barrio porteño.La misionera aceptó la propuesta de la fiscal Mónica Cuñarro y admitió plenamente los delitos y el monto de la pena. De acuerdo al fallo que tuvo acceso en exclusiva PRIMERA EDICIÓN, Rudakoff tomó contacto con Brikman en enero de 2012 y en pocos meses le hizo firmar un testamento a su nombre en el cual la anciana -sin familiares directos- le adelantaba la propiedad de los tres departamentos del cuarto piso de la calle French 2647 y las tres respectivas cocheras, como también el poder para transferir y retirar 100 mil dólares y más de 50 mil pesos de las cuentas que tenía en Suiza, como también disponer de sus haberes como jubilada.Durante enero de 2012 Chaja Brikman, por entonces de 88 años, entrevistó en su domicilio a Rudakoff y la tomó a prueba como empleada doméstica, pero a las pocas semanas le informó que no la confirmaba en el empleo. Rudakoff le contestó que igual se quedaría a ayudarla en sus quehaceres sin percibir salario alguno. Pero su plan fue otro.El martes 20 de marzo de 2012 Rudakoff abusó de la incapacidad que se le manifestó a Brikman, un trastorno psicorgánico con signos de deterioro cognitivo moderado y sintomatología depresiva que limitó en forma notoria su autonomía psíquica para preservar sus intereses. La engañó y forzó a suscribir ante un escribano el testamento en el que se instituyó como legataria de todos sus bienes “en agradecimiento a las atenciones brindadas para su atención personal y compañía hasta su muerte”, y un “mandato de autoprotección”, por el que se le confirió el carácter de apoderada general y curadora de ella pero también de todos sus bienes.Con estos poderes extrajo de la cuenta de Brikman en la firma Montevideo Bursátil Sociedad de Bolsa, de la capital uruguaya, el monto en efectivo mencionado con el que, entre otros gastos, se pagaron los honorarios del escribano que intervino en el testamento. Brikman, quien supo desempeñarse como odontóloga para la Organización Mundial de la Salud en misiones voluntarias en África, fue privada ilegítimamente de su libertad mediante golpes y amenazas desde el 7 al 10 de mayo de 2012, manteniéndola recluida en su propio domicilio. Sufrió lesiones en brazos, piernas, torso y espalda. Su salud psíquica fue reducida con psicofármacos que la mantenían dormida la mayor parte del día y le impedían caminar dentro del lujoso inmueble que tenía los pisos encerados en exceso por lo que patinaba y se caía con frecuencia. Rudakoff incluso fotografió cada uno de los incidentes, de acuerdo a los testimonios de los testigos en la causa. El lunes 7 de mayo de 2012 Brikman fue encerrada en su habitación bajo amenazas de muerte porque intentó echar a Rudakoff llamando a la Policía.Cuando acudieron los uniformados la misionera actuó con solvencia y refirió que no había pasado nada. Una vez alejados, fue cruel y le torció los dedos a Brikman y golpeó la cabeza contra una pared. Tres días después, dos amigos de la anciana insistieron en visitarla ya que no la veían salir de su hogar y se oían gritos de socorro y discusiones. Con el ardid de llevarla a la peluquería, consiguieron que Chaja denunciara su calvario y descubriera todo lo que le robó Rudakoff en poco menos de cinco meses.Brikman no tuvo hijos y la mayor parte de su vida la dedicó a su profesión y acompañar a su marido, Vicente Roberto Di Pasquale exfuncionario la Unesco por los distintos puntos del planeta en los que fue encomendado.Su soledad se profundizó en 2011 cuando su pareja fue internada en el Hospital Italiano con un cuadro profundo de Alzheimer. A partir de entonces sus únicas compañías fueron una mujer que le realizaba todos los trámites referidos al cobro de alquileres, depósitos y transferencias, y una empleada doméstica. Per ambas fueron desplazadas por Rudakoff con cartas documento que habría obligado a firmar a Brikman.Gracias a la labor de la Justicia porteña, se anularon todas las actuaciones notariales con las que se concretó la estafa, se le asignó una curatela a Brikman y tanto el escribano como los testigos utilizados para el falso testamento quedaron bajo una nueva investigación.Encuadre legalEl delito de “circunvención de incapaces”, según el artículo 174 del Código Penal, en el inciso 2, establece penas de dos a seis años para “el que abusare de las necesidades, pasiones o inexperiencia de un menor o de un incapaz, declarado o no declarado tal, para hacerle firmar un documento que importe cualquier efecto jurídico, en daño de él o de otro, aunque el acto sea civilmente nulo”. Se trata de una defraudación por abuso de la condición de la víctima. La sentencia condenatoria podrá ordenar la reposición al estado anterior a la comisión del delito, en cuanto sea posible, disponiendo a ese fin las restituciones y demás medidas necesarias.





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