Mientras en Misiones pide constantemente millonarios subsidios y “boletazos”, manteniendo un pésimo servicio que perjudica a los usuarios; el Grupo Z busca continuar con su expansión fuera de la provincia. En los últimos días, el diario porteño La Nación reveló que estaría a punto de quedarse con la mitad de las acciones de la principal empresa de colectivos de Buenos Aires, propiedad de los hermanos Cirigliano, apuntados judicialmente por la “Tragedia de Once”, cuando aun manejaban TBA (hoy estatizada). Transportes Automotores Plaza está en concurso, por lo que cualquier solución debería pasar por la rúbrica del juzgado.Claudio Cirigliano, presidente de Cometrans (principal accionista de TBA y uno de los propietarios del Grupo Plaza), fue condenado en 2015 a 9 años de prisión (junto a los a los exsecretarios de Transporte del kirchnerismo Juan Pablo Schiavi y Ricardo Jaime) como coautor de defraudación a la administración pública y autor de estrago culposo. Otro hermano, Roque, recibió una pena menor de cinco años, al ser considerado partícipe secundario del delito de defraudación.A los Z, evidentemente, mal no les va. Salvo cuando justifican la falta de cumplimiento de inversiones en Posadas, Garupá y Candelaria y que los gobiernos admiten mientras las reales inversiones se van afuera. El Grupo Plaza de los Cirigliano es conocido por los numerosos “colectivos rojos” que abundan por las calles y avenidas bonaerenses. El monopolio que explota el Sistema Integrado de Transporte Misionero cuenta con una planta de más de 500 unidades y está a cargo de “La Nueva Metropol”, entre otras empresas fuera de la tierra colorada. El diario La Nación publicó la “sorpresa” que causó que el Grupo Z sea quien tenga las chances de asociarse con los empresarios porteños. “Si bien no se conocen demasiados detalles, los hermanos Cirigliano se desprenderían del 50% del grupo, con una opción de venta del restante 50%”, indicó el periodista y abogado Diego Cabot, redactor de la información.“Hace varios meses que los ex ferroviarios negocian distintos sistemas asociativos con otros transportistas. En los gremios, por caso, tenían información de que los Cirigliano no querían irse del mercado sino que pretendían alguna opción que los dejara dentro de la operación”, agregó el diario.“El grupo Plaza ya se desprendió de las líneas 136, 153, 163, 174, 243, 317, 321, 322, 503 y 635” recordó La Nación al señalar que “los nuevos compradores se harán cargo de la explotación y prestación de servicios de transporte de pasajeros y a cambio pagarán una suerte de alquiler, que se deposita en el concurso”, detalló la información publicada en Buenos Aires.La extinción paulatina de los CiriglianoEn su nota, el periodista Diego Cabot describió otras empresas creadas en el apogeo del Grupo Plaza que, luego, fueron desprendiéndose del mismo.“Desde la tragedia de Once la empresa empezó a desmembrarse. Luego de tres meses de intervención oficial, el gobierno de la entonces presidenta, Cristina Kirchner, le rescindió la concesión a Trenes de Buenos Aires (TBA), la firma que tenía a su cargo la explotación del ramal Sarmiento. La empresa se extinguió, sus empleados pasaron a la compañía estatal que se quedó con el servicio y TBA se convirtió en un sello con centenares de juicios sobre sus espaldas”, explicó.“De a poco se fueron apagando las otras empresas y los negocios de los transportistas. Emprendimientos Ferroviarios (Emfer), un taller ferroviario que funcionaba en un predio ubicado en las avenidas General Paz y San Martín, empezó a tener menos contratos del Estado hasta que sus empleados terminaron estatizados, en épocas en las que el Ministerio de Transporte lo manejaba Florencio Randazzo. El ex ministro no quiso demasiado ruido, sobre todo después de varios cortes de la General Paz que protagonizaron los ferroviarios. Sin levantar polvareda, pasaron a la órbita estatal”, recordó.“En paralelo, Tatsa, una compañía qué fabricaba colectivos que luego se usaban en las líneas del grupo, también cerró sus puertas por la falta de demanda. Así se extinguieron los colectivos Puma, varios de los cuales aún circulan por Buenos Aires. Las líneas de ómnibus de larga distancia se vendieron de a poco, como por ejemplo Dumas Cat, que pasó a manos de un empresario cordobés. Córdoba es uno de los distritos en los que los Cirigliano mantienen alguna empresa”, destacó el matutino La Nación.





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