Pasan los días y el corazón de Carmen Amarilla (65) no encuentra consuelo. “Éramos inseparables. Él siempre decía que yo no era su hermana, que era su mamá, porque nuestros padres murieron de muy chicos y yo prácticamente lo crié. Y?me lo arrebataron. Me dejaron sola”, dice entre lágrimas la única hermana de Carlos (61), el taxista asesinado el 31 de marzo en Posadas.Producto de ese dolor, y con el pedido de justicia a flor de piel, familiares y colegas de la víctima se reunieron el sábado por la tarde en una pequeña pero intensa manifestación en la que exigieron que se haga justicia y que los responsables paguen por lo que hicieron. La causa tiene un menor de 17 años detenido y un prófugo, presunto autor del disparo que le quitó la vida al trabajador del volante.“Pedimos justicia, porque hasta ahora el autor del hecho no fue detenido. Queremos solo eso, justicia, no queremos que esto quede impune. Lo pedimos por él, por nosotros, por mis nietos, pero también por la sociedad, porque el próximo puede ser cualquiera”, le dijo ayer emocionada?Carmen a PRIMERA?EDICIÓN sobre la salida del estacionamiento de la terminal de ómnibus de Posadas. El lugar de encuentro no fue una casualidad:?esa fue la parada en la que trabajó Carlos en los últimos 40 años. Y fue, además, el lugar donde los asesinos se “vistieron” de pasajeros y se subieron al Fiat Uno que manejaba. Julio Villalba (63), colega de Amarilla, aún no entiende cómo Carlos aceptó llevar al dúo de homicidas. “Él trabajó siempre de noche y sabía cómo era la ‘movida’. Era un amigo de toda la vida. Nunca molestó a nadie. Era una excelente persona”, se lamentó el conductor, quien agregó además que, tras el hecho, los taxistas de la terminal tomaron la decisión de no usar más el cinturón de seguridad después de las 22. “Lamentablemente algo que es para seguridad, terminó siendo su trampa, porque él no pudo hacer nada porque tenía puesto el cinturón. Nosotros ya no lo usamos de noche, acordamos eso entre todos”, resumió.La causa tiene como único aprehendido a un menor de 17 años. El joven que apretó el gatillo tendría 18 años y sigue prófugo. Familiares y amigos de Amarilla piden que sea detenido cuanto antes.El hecho tuvo lugar cerca de las 22.15 del viernes 31 de marzo. Amarilla fue abordado por dos delincuentes que lo llevaron hasta el final de la avenida Cocomarola y le dispararon a la cabeza desde atrás para llevarse poco y nada.Fotos: M.Colman





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