El 4 de mayo de 1954, Alfredo Stroessner daba un golpe de Estado y se autoproclamaba Presidente de la República del Paraguay. A partir de ahí, ejerció una dictadura que, durante 35 años, suprimió las garantías constitucionales y mantuvo bajo control las actividades de los partidos políticos. Stroessner promulgó la ley 294 “de Defensa de la Democracia” que permitía al Gobierno acusar de “comunista” y detener a cualquiera que se le opusiera. En 1967 diseñó una nueva Constitución para reelegirse indefinidamente. En los comicios de 1988, denunciados como fraudulentos, obtuvo el 88,8% de los votos y ese mismo año recibió en Paraguay al papa Juan Pablo II. Pero el 3 de febrero de 1989, su consuegro y mano derecha, el general Andrés Rodríguez Pedotti, con el respaldo de Estados Unidos, encabezó un golpe de Estado. El dictador fue aprehendido por unos días hasta que fue enviado al exilio a Brasilia, donde falleció el 16 de agosto de 2006. Fue sepultado en el cementerio Campamento de la Paz de Brasilia, en una ceremonia privada, donde solo asistieron familiares y amigos. El Gobierno paraguayo no recibió con honores el cuerpo de Stroessner.





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