En distintos puntos de la ciudad el próximo lunes se preparará el tradicional locro del 1º de Mayo, para conmemorar el “Día del Trabajador”. Acompañados por los primeros fríos del año, en distintas organizaciones barriales, comedores y vecinos en general comenzaron los preparativos, que incluye averiguar los precios de los ingredientes para esta típica comida, que este año costará aproximadamente 300 pesos, para hacerlo “bien completo”, como indican los especialistas y para toda una familia, que serán unas cuatro a seis porciones.El ritual de la preparación del locro requiere todo un proceso, con sus correspondientes medidas pero sin demasiadas complicaciones. “Se hace desde al día anterior con el remojo del maíz y de los porotos”, así comenzó explicando a PRIMERA EDICIÓN el experto en cocina profesional, Iván Ortega. El chef misionero recalcó que el locro “es una comida que no se puede apurar, es de una elaboración larga porque requiere un buen tiempo de hervor y se debe comenzar desde muy temprano en la mañana. Toma aproximadamente seis horas para completar su cocción”.Hay ingredientes que son insustituibles dentro de lo que es el locro y otros que pueden variar o reemplazarse por otros, eso siempre dependerá del paladar del cocinero y de los comensales, como así también del presupuesto que se destina para comprar todos los elementos que irán a parar a la olla.Hay consejos que deben ser tenidos muy en cuenta la hora de cocinar este plato para evitar que se pase, que tenga una consistencia agradable y también “entre” por los ojos. “El cocinero o los cocineros tienen que llevar un ritmo tranquilo, controlar el estado de los verduras, carnes y revolver constantemente para evitar el riesgo de que se queme en la parte de abajo”, remarcó Iván. El reconocido chef internacional definió como clave los momentos en los cuales colocar los ingredientes, remarcó que “hay algunos que deben introducirse cerca del final de la cocción, como los condimentos, la sal y la cebollita de verdeo, porque están relacionados con el volumen de líquido. Al haber un hervor es momento en el que se van disolviendo, la consistencia se hace espesa porque si se coloca al principio quedaría muy aguada. Además se debe ’espumar’ la olla durante la preparación, esto quiere decir ir retirando la espuma, que son las impurezas de los alimentos que se alojan en la superficie para hacerla más liviana”. Ortega es un experto en platos tradicionales aunque siempre le aporta su toque distintivo que convierten a su propuesta como verdaderos placeres de la cocina gourmet a nivel mundial.Bajar el precio de lo “ideal”Con lista en mano de los ingredientes, este Diario recorrió algunos supermercados para conocer cuánto deberá gastar una familia que pretenda preparar su propio locro y concluyó que se requerirán 300 pesos, “aunque” se pueden cambiar algunos de ellos, bajar a segundas marcas, y el ahorro permitiría posicionar el precio final en 220. No obstante, se aclara que a todo ello habría que agregarle el consumo de gas o carbón, como así también de la sal y el aceite.Según el gusto y el monto del presupuesto disponible podrían agregarse otras cosas a la receta, como las patitas de chancho o panceta y algunos también incorporan chorizo, lo que poco a poco va elevando el costo.Más allá de que existe la posibilidad de preparar un locro hogareño con paciencia y con todos los elementos disponibles, es innegable la tradición social que existe detrás de cocinar este alimento. “Las comidas comunitarias acompañan al hombre desde los comienzos de la sociedad con una importante carga simbólica”, explicó el chef Ortega. Sobre cómo llegó la receta del locro hasta esta tierras, recordó que “esta preparación nació de las tierras de la antigua Colonia Española, por eso podemos encontrar una variedad de este potaje por todo Latinoamericana y en Argentina tiene su auge en los territorios del norte, donde vemos diferentes tipos de locro como los tucumanos y salteños”. La historia de esta comida típica, en parte, remite a la tradición de compartir en grupo. “Podríamos hacer una revisión del mito de los hombres que trabajan y que comen juntos, del mismo modo que en las familias todos comen de la misma olla. Es un rito que remite a la unión de los trabajadores desde los tiempos de las colonias”, recalcó el chef misionero.




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