Nadie murió por amor, repito en voz baja una y otra vez, mientras camino por esta senda gris sin tu cariño, incluso no encuentro la fuerza que me ayude a seguir en este mundo donde ni siquiera puedo consolar tu tristeza. Nadie murió por amor, me dice la ausencia de tu voz que retumba en ese oscuro abismo en que se convirtió nuestra habitación cuando en él, se escapó ese calor de la pasión y esas ganar de estar contigo. Incluso ese amanecer que llegaba y nos despertaba con ese olor a primavera y aquella suave brisa que todas las mañanas convencía a tu ternura que te quedes un poco más, mientras miraba la escena y dudaba entre lo real y un sueño.Encerrabas miles de soles en tu pelo que brindaban todo el calor a ese amor, y las noches de luna que guardabas en tu piel iluminaban nuestro pequeño rincón que se transformaba en el paisaje de nuestro mundo, nuestro propio universo.Nadie murió por amor dicen los que saben, pero no los que sienten. Ellos callan y se entregan al desconsuelo detrás del muro del ayer cubierto de los abrojos del recuerdo. Si hubieras sentido por un momento el suspirar de mi mirar cuando te estabas yendo, cuando convertías el día en noche, el canto de los pájaros en silencio y mi llanto se transformó en un mar de soledad. Nadie murió por amor dicen, pero añoro tan solo con tener un retazo de tu sombra caminando errante por mi casa y conversen alegremente con un tibio vino junto a mi soledad mientras esperan de que me convenza que no volverás, mientras miro la ventana alguna silueta o me imagino que estas detrás de esa puerta con esas dudas que te impiden entrar. Nadie muere por amor porque vivir sin amor es lo más cercano a la muerte que podremos estar y besar sus fríos labios y tomados de su mano transitaremos un largo viaje por ese calvario sin entender que jamás tus hermosos ojos volveremos a ver.Nadie muere por amor dicen los que saben, pero si incluso la vida pierde sentido en una fría y larga agonía que transforma el alma en un viento que te busca en una noche embrujada cargada de desvelo y esperando que despiertes nuevamente en esa tibia cama y dejes de ser el anhelo que ensombrece mi mirada. Una eterna penumbra sin la dicha de tenerte en mis brazos y escuchar sonrisa, que siempre la recuerdo en una viajan canción, pero nadie muere por amor, dicen los que saben, dicen las personas fuertes, quienes quizás aprendieron a vivir sin corazón. Pero ser feliz en esta vida se transforma en utopía sin el calor tu cuerpo, sin la ternura de tus manos y sin el roce de tu pelo que se transformaban en aquel el cielo azul en donde estabas conmigo, transformada en ángel, gaviota o esa estrella que alumbraba mi destino.Nadie murió por amor dicen esas voces indiferentes, que aparentan estar llenas de verdad, pero que no saben que solo el pensarte hace que me falte el aire y al mismo tiempo, mi corazón se retuerce en soledad por haber transgredido aquella confesión de enamorarse. Ingenuamente, me sentaré a esperar que pasen todas estas tardes otoñales y que entre sus hojas se lleven todo el frío que produce tu ausencia, para nuevamente pueda verte regresar como aquella ave en busca del refugio de su nido. PorRaúl Saucedo [email protected]




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