Observar en las calles de la ciudad a niños pequeños distraídos con celulares, suministrados por sus padres, se ha naturalizado lo suficiente como para pasar desapercibidos los efectos que provocan en los niños. Hoy, la dependencia a los medios audiovisuales comienza incluso antes de aprender a caminar. Y los padres son los principales facilitadores. El filósofo canadiense Marshal MacLuhan, visionario de la sociedad de la información, ya decía hace 50 años que la tecnología se convertiría en la prolongación de los cuerpos humanos. Sin embargo, profesionales de la psicología infantil aseguran que el resultado de esa relación precoz, tiene muy poco de positivo dentro de la primera infancia del humano. Frente a la ignorancia de si celular sí o celular no, con los niños pequeños, PRIMERA EDICIÓN consultó a distintos profesionales de la psicología y pedagogía infantil, para resolver preguntas tales como: ¿qué efectos produce? ¿cuáles son los pros y los contras? ¿por qué hoy los padres se valen de ese recurso para el entretenimiento del niño?El celular en la vida de los niñosEn los tiempos que corren -y qué rápido corren- el celular en la vida de los adultos, cumple la función de conexión inmediata con todas las comunidades sociales en las que interactúa una persona: trabajo, familia, amigos, servicios, entre otros. Los efectos positivos son mayores que los negativos, o al menos eso es lo que nos hicieron creer. Sin embargo, en la vida de los niños parece no ser así. Según la psicopedagoga especialista en neuropsicología Gabriela Fernández, “los dispositivos móviles en niños dentro de la primera infancia, tienen más efectos negativos que positivos, ya que los niños queman la etapa de relación interpersonal, por ejemplo el juego cuerpo a cuerpo, afectando principalmente en las relaciones sociales, en las formas de relacionarse con el entorno, en los tipos de intereses y ni hablar de los aprendizajes cognitivos”. “El celular se nos impuso como una cuestión novedosa, que nos facilita la vida y la comunicación, y caemos en el error que a los niños también les facilita la comunicación”, aseguró Fernandez.Tener noción de lo que nos rodea, el mundo natural, mediante el conocimiento, es lo que nos permite identificar el tiempo y espacio en el que nos encontramos. Y reconocerlo. “Si a un niño lo sumergimos de pequeño al reconocimiento de su mundo mediante un dispositivo móvil se salteará ese proceso de elaboración cognitivo y sensorial sobre su entorno natural. Un proceso que los adultos de hoy lo tuvimos”.Frente a la hipótesis que los celulares estimulan la comunicación en los niños, la especialista en neuropsicología explicó que “la comunicación que propicia el celular, es la de una seudocomunicación, no hay habilidades interpersonales, los chicos dejan de mirarse a la cara cuando se hablan. En el aparato podemos poner pausa, mientras que en la interacción real, cuando hablamos con una persona no le podemos poner pausa”. Feedback constanteA su turno, la psicóloga especialista en niños, del Hospital Mater Dei (Buenos Aires) Gabriela Melgarejo (MN 34306), comentó a este Diario que “ya sea que lo use un niño o un adulto, el celular produce un feedback positivo constante, porque tiene colores y movimiento. Entonces refuerza constantemente al nene, lo cual lo hace entretenerse y tener períodos de atención más prologados”. En este contexto, señaló que “cuando vienen a consultorio los padres, se les pregunta qué capacidad de atención tienen los niños y la respuesta es que: son muy atentos, pasan largo rato frente a la play, con el celular… Pero, en verdad, eso es consecuencia de que el contacto con los medios audiovisuales genera un feedback constante, que no tiene que ver con el nivel de atención específicamente, por más que el chico pase horas absorto a los dispositivos”, argumentó. La importancia de aburrirse Tradicionalmente la forma de calmar a un niño pequeño, cuando lloraba o se manifestaba inquieto era: cantar un arrorró, alzarlo en brazos y acunarlo o ponerle un chupete en la boca. En la actualidad no es extraño ver que a lo primero que se acuda sea el celular para evitar todo tipo de manifestación inquieta del pequeño.La psicóloga, especialista en niños y adolescentes, Natalia Gomez (MP 333), manifestó que más que entretenimiento, los celulares y otros dispositivos electrónicos pasaron a ser utilizados como chupetes electrónicos. Se busca que el nene se calle y no moleste, entonces le damos cualquier dispositivo: un celular, una tablet, computadora o el mismo televisor, advirtiendo que esto es una consecuencia de una carencia de tiempo de calidad y paciencia. La especialista analizó la función que cumple el aburrimiento como estado que impulsa el descubrimiento del mundo exterior. Advirtió que es necesario que los niños posean un espacio de aburrimiento para poder interactuar con el exterior y desarrollar la creatividad, “cuando los niños están constantemente con el celular, se crea un mundo interno entre la informática y el niño, de esa manera el mundo externo deja de existir. Y en los primeros años de infancia, que son los primeros cinco años de vida del niño, esto es sumamente nocivo, no solamente a nivel psicológico emocional, sino también biológico”, aseveró. Alarmada por considerar que 5 de cada 10 niños se relacionan con dispositivos móviles, comentó: “Yo he tenido pacientes con casos de enuresis, con problemas de trastorno de la orina y hasta de la propia caca, porque el nene no iba al baño, retenía, con tal de quedarse más tiempo con el dispositivo. Por la misma causa he tenido en consultorio problemas neurológicos, hasta un cierto trastorno”, indicó y agregó sin dudar “dispositivo electrónico, en exceso, causa aislamiento social, no se genera lenguaje, se da un mal funcionamiento alimenticio, el sueño. Que son todas las necesidades básicas que un niño debe tener cubiertas”.El rol del juego sin dispositivos “El juego tiene un rol fundamental en la vida de cualquier persona, pero más en los niños, porque ayuda al desarrollo físico, emocional y cognitivo. Por ejemplo, un nene que pasó por una situación traumática, como un accidente de autos, es normal que juegue a chocar autos. Como tiene menos desarrollo en el lenguaje verbal, utiliza un lenguaje más simbólico, mediante los juguetes -a diferencia de un adulto que lo manifiesta contándoselo a un vecino- para poder sacar eso traumático que lo angustió. Si utilizase un celular, la información dada por el dispositivo ya está procesada y no hay reelaboración, no hay manifestación, por lo tanto no exteriorizan la angustia”, explicó la psicóloga bonaerense, Melgarejo (MN 34306).Según la especialista, “el crecimiento cognitivo se da, por ejemplo, cuando juegan con bloques. Ahí están trabajando todo lo que es func
ión visio-espacial, cuando juegan con masa, trabajan motricidad; con los rompecabezas, coordinación visio-motora. Todo estos juegos que trabajan la cognición también involucran una condición más social”. Destacó que estas condiciones “se dan muy pocas en el celular y en la tablet, algunas sí, dependiendo el juego. Pero no sería el objeto más rico que genere una estimulación fuerte. El celular, la tablet, todo lo que es audiovisual, es virtual, nada es real, y el chico vive en una realidad. Vive en un entorno social”.¿Cuándo y cuánto?Hace ya algunos años, la Asociación Japonesa de Pediatría empezó una campaña para restringir el uso prolongado de los móviles y tabletas, sugiriendo control y más juegos a los padres. Poco después, también la Academia Americana de Pediatría y la Sociedad Canadiense de Pediatría dieron a conocer 10 razones por las que los niños menores de 12 no deben usar estos aparatos sin control. En estos países son enfáticos respecto a los límites en el uso del celular: los bebés de 0 a 2 años no deben tener contacto alguno con la tecnología; los de 3 a 5 años, debe ser restringido a una hora/día; de 6 a 18 años la restricción debería ser a 2 horas/día.





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