Hemos iniciado el tiempo de Cuaresma que marca los cuarenta días de preparación para celebrar la fiesta de la Pascua. El significado de la misma palabra marca lo que necesitamos como sociedad y como personas, el paso de la muerte a la vida. Como nos dice en su mensaje el papa Francisco “la Pascua de Jesús es su éxodo, con el cual Él nos ha abierto la vía para alcanzar la vida plena, eterna y gozosa”. Para abrir esta senda, este camino, Jesús tuvo que despojarse de su gloria y hacerse obediente hasta la muerte y la muerte en la cruz.Este tiempo que estamos viviendo es un tiempo especial para pensar en la vida. Uno de los signos más lindos de la vida que celebrar en estos días, es el inicio de un nuevo ciclo lectivo que nos llena de esperanza, al ser miles de niños y jóvenes que emprenden el camino del estudio y del aprendizaje. La educación los impulsa a la vida y a un sin fin de oportunidades. Como sociedad adulta debemos asumir el compromiso de ser fieles a la misión de educar y formar a nuestros niños y jóvenes. La verdadera educación es una experiencia pascual que ayuda a nuestros niños y jóvenes a luchar contra tantos signos de muerte que están presentes en la cultura moderna: los vicios del alcohol y la droga; la vida fácil carente de empeño; la escasez de testimonio de una sociedad adulta que no basa su trabajo en el esfuerzo y la honestidad.La conversión en este tiempo de Cuaresma nos llama a optar por la vida plena que abre las puertas a tantas novedades y oportunidades para nuestros niños y jóvenes: al aprendizaje, a la convivencia con sus pares, al mundo laboral, al crecimiento y al desarrollo.Este camino cuaresmal nos llama a profundizar nuestra búsqueda hacia la plenitud de la vida. Si cada mañana leemos el diario o escuchamos la radio, nos damos cuenta que tenemos un sin fin de necesidades de optar por la vida: ya que son tantas las situaciones de violencia, injusticia y marginación que llevan a la muerte a miles de personas. Hemos de proclamar la plenitud de la vida siendo fieles al Evangelio y a nuestros ideales, a vivir coherentemente nuestra fe y vida siendo protagonistas de cambio en nuestro entorno.Al inicio de esta Cuaresma también celebramos el Día Internacional de la Mujer, que nos llama al respeto mutuo y la igualdad de los géneros. Frente a tantos signos de violencia y atropellos que viven las mujeres esta fecha nos exige un verdadero encuentro con la vocación a la plenitud de la vida, desde el don que cada uno ha recibido.Por encima de todo, es un tiempo especial para transformar el corazón, profundizando nuestra fe y nuestra experiencia de Dios. Como nos dice el papa Francisco en el Mensaje para la Cuaresma 2017: “…la Cuaresma es el tiempo propicio para renovarse en el encuentro con Cristo vivo en su Palabra, en los sacramentos y en el prójimo. El Señor que en los cuarenta días pasó en el desierto y venció los engaños del Tentador, nos muestra el camino a seguir”. Que el Espíritu Santo nos guíe a realizar un verdadero camino de conversión para redescubrir el don de la Palabra de Dios, ser purificados del pecado que nos ciega y servir a Cristo presente en los hermanos necesitados. Que abramos un camino de solidaridad al amor y la caridad para que lo practiquemos visiblemente en nuestra vida de comunidad. Que nos preocupemos por ser personas de comunión en la oración pidiendo unos por otros, abriendo nuestro corazón a los débiles y a los pobres, y así poder llegar a dar testimonio vivo de la alegría pascual.





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