Falta un mes para el inicio de las clases, el tiempo necesario para que puedan ordenar, organizar y repartir todas las donaciones que llegaron a la Escuela Provincial 452. Útiles, zapatos, ropa, artículos de limpieza y más para empezar el año lectivo con todo. Ahora, la historia de cómo llegaron a Misiones esas cajas recolectadas con amor en Buenos Aires, es digna de ser contada. La idea fue de Rubén Franco. Exalumno de la institución y particularmente de Nelli Fleitas, en su momento maestra de séptimo grado, hoy directora. “A fines de septiembre de 2016 me mandó un mensaje diciéndome que él tenía un sueño, le pregunté cuál era y me dijo ‘yo sé que hay muchas necesidades en tu escuela, me enteré que sos directora’ entonces me pidió autorización para juntar donaciones, para hacerlo con el nombre de la institución. Le dije que sí, obviamente. Publicó y tuvo un eco muy importante”, recordó Nelli en diálogo con PRIMERA EDICIÓN.En Buenos Aires comenzó el proceso de colecta de donaciones, de la mano de Rubén y su esposa. Como toda historia memorable, tuvo su cuota de preocupación. Poco antes de que se embarquen para Posadas con las cajas, Rubén en uno de sus viajes perdió todo el aceite de su automóvil y tuvieron que remolcarlo. Se molestó porque eso complicaría la venida a Misiones y, entre charla y charla, se lo comentó a José Ozuna, el señor que llegó con su remolque para llevarse su auto al taller, oriundo de Villa Constitución, Santa Fe. “Le dijo que lamentablemente capaz iba a tener que suspender el viaje por lo que le había pasado al auto. Entonces José le dijo que no se preocupe, que él lo iba a llevar a Misiones”. Un gesto enorme. “Este señor vino como un ángel de la guarda”, graficó Nelli.El viaje a MisionesAsí fue como uno de los “superhéroes” de la historia con su móvil trajo todo para Misiones. Para ese entonces, Rubén ya había podido arreglar su auto y vino con él. “Cuando llegaron, colocaron el camión hacia la escuela para bajar las cosas y se bajaron los dos y lloraban de la emoción. Con ellos lloramos todos. Nunca esperamos que suceda algo así. Fue hermoso, una emoción impresionante, un agradecimiento infinito a esta gente, a don José que fue el ángel de la guarda de la Escuela 452”, recordó Nelli. En el camión que manejó José vino de todo. “Mercadería como leche, azúcar, fideo, arroz, galletitas, artículos de limpieza, ropa, zapatos, juguetes, útiles, mochilas y mucho más. Llegaron cien cajas. Hay de todo, cosas que nosotros vamos a usar y otras que vamos a dar a los chicos porque no tenemos comedor. La escuela tiene 168 alumnos de los cuales, como le expliqué a Rubén, no todos están muy necesitados, hay más o menos 70 u 80 chicos de familias humildes y a ellos es el compromiso de ayudar. Él estuvo de acuerdo”. Los nuevos amigos de la 452 se despidieron con el deber cumplido. Para ellos, las puertas de la institución estarán siempre abiertas.





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