No es una idea nueva, desde hace años se maneja esta posibilidad pero las intenciones no pasan de eso, indicó el sitio P<a href="http://www.paraguay.com/">araguay.com</a>. Rubiani volvió a referirse a la situación del Palacio de los López, así como otros edificios históricos que son sedes de oficinas estatales. Dijo que personalmente desde hace años manifiesta esta intención, porque literalmente “el Palacio no da más”. Explicó que con cada cambio de Gobierno se introducen modificaciones que dejan daños irreversibles al edificio. “Cambios de oficina, instalaciones de acondicionadores de aire… en cada cambio la primera dama fungía de decoradora y cambiaba muebles, el cortinado, da gusto hacer eso”, manifestó en contacto con la 1020 AM. Comentó que estos cambios se dan en todo el mundo, y también puso como ejemplo el cambio de la sede del Congreso, que antes funcionaba en el Cabildo, hoy convertido en centro cultural.El historiador apuntó que esta situación no solo afecta a la oficina presidencial, sino también al Ministerio de Hacienda, Agricultura, Educación, el Banco Nacional de Fomento, entre otros, que están asentados sobre patrimonios catalogados que ya no soportan la complejidad de las sedes administrativas.Sobre la posibilidad de convertir el Palacio de los López en un museo, consideró algo arriesgado, al menos por completo. Estima que podría funcionar como una sede protocolar y en parte como museo. Vio como una posibilidad de cambio la reconversión del puerto de Asunción, donde está proyectada la construcción de un edificio que nucleará a todos los ministerios del Poder Ejecutivo.Historia Es indudablemente uno de los edificios más emblemáticos de Paraguay, que reúne dentro de si cientos de leyendas políticas, tramas, conflictos, tristezas, alegrías y, desde luego, la adopción de importantes decisiones para el país. Ubicado en el centro de Asunción, este edificio fue construido por orden del presidente Carlos Antonio López para que fuera la residencia de su hijo, el General Francisco Solano López. Sus obras empezaron en 1857 bajo la dirección del arquitecto inglés Alonso Taylor.Los materiales para la construcción del palacio venían de varios lugares del interior del país, piedras de las canteras de Emboscada y Altos, maderas y odrajes de Ñeembucú y Yaguarón, ladrillos de Tacumbú, piezas de hierro fundidas en Ybycuí, etcétera. Diversos artistas europeos se encargaron de la decoración del edificio. En 1867, época de la Guerra de la Triple Alianza, el Palacio de los López estaba casi terminado, aunque faltaban detalles de acabado para su conclusión. La ornamentación era de estatuillas de bronce y muebles importados de París, y grandes y decorados espejos para los salones del Palacio.




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