Por Alcides Martín Pelozo (De la Redacción de PRIMERA EDICIÓN)En el antiguo Egipto muchos nombres de faraones y hechos fueron borrados de la historia y se ordenó tallar otros u otras sobre esos jeroglíficos en muchos monumentos de esas épocas. Era la condena eterna para quienes con sus bagajes, sus joyas, sus amantes, sus sirvientes y sus animales predilectos eran enterrados (embalsamados y cubiertos con máscaras de oro) en inmensos monumentos funerarios que todavía perduran.Lo cierto es que parece difícil que esa podría ser la suerte elegida por muchos para Mitre, porque, aunque sea correcto o no el cambio del nombre de la avenida, más allá de sus aciertos y errores, debería ser recordado porque marcó un momento de la historia argentina. Sea simbolizado allí o en otro lugar.Posadas se extiende cada vez más y aún hay muchas calles y lugares sin denominar –y no sólo en los nuevos trazados urbanísticos— que bien podrían llevar el nombre del primer presidente de una Argentina unificada, a la fuerza de los cañones, pero unida finalmente (Bernardino Rivadavia perteneció al país unitario y Justo José de Urquiza y Santiago Derqui al de la Confederación Argentina).Así algunos de estos nuevos espacios podría bautizarse como Bartolomé Mitre, quitándole a la avenida del mástil el que hoy tiene para reemplazarlo por el de 20 de Septiembre, en memoria de aquel día de 1926 donde la expresión de hermandad posadeño-encarnacena quedó en plasmada en la solidaridad de plena mano abierta de quienes desde aquí cruzaron el río para socorrer a sus hermanos de allá. O bien, dejar las cosas como están, pero nominando con la nueva designación propuesta a una de las principales arterias de alguno de los tantos nuevos complejos habitacionales construidos recientemente (o en construcción) como, por ejemplo, Itaembé Guazú.Lo cierto es que ambos, Mitre y la solidaridad posadeño-encarnacena simbolizada en 20 de Septiembre, merecen sus reconocimientos en una calle o avenida de Posadas. De alguna forma debe plasmarse ese reconocimiento paraguayo que también quedaría concretado con idéntica designación a un sector de la costanera de la ciudad hermana, allende el Paraná.La polémica va a subsistir por algún tiempo y habrá quienes se resistan –siempre los hay— a los cambios, pero sería injusto favorecer a uno u otro sector, olvidando al que sería desplazado. Además, como decía un lector en su carta publicada tiempo atrás en Correo de Lectores: “Si bien la historia refleja hechos reales (a veces también supuestos) su interpretación nunca es inocente y aséptica. Además de encerrar posturas ideológicas (las diferentes escuelas históricas son un ejemplo), también tiene cierta preferencia en aceptar la visión y las razones del vencedor, y ésta no siempre es la más ajustada”.Y otra vez surge la pregunta inicial; ¿corresponde o no el cambio de nombre de la avenida Bartolomé Mitre de Posadas?





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