(Nota completa publicada por PRIMERA EDICIÓN el 9 de noviembre de 2011)Ricardo Giménez, de treinta años y dedicado a la venta de dulces, confesó el lunes a la prensa del país vecino que asesinó a sus dos hijos menores luego de un “pacto con Satanás”. Con una frialdad increíble, relató cómo acabó con la vida de los dos pequeños, de uno y tres años.Los cuerpos fueron hallados envueltos en una sábana cerca de un eucaliptal y debajo de un árbol ubicado a metros de un estero, en la zona de Limpio, a pocos kilómetros de Asunción y a unos tres mil metros de donde vivían Blas Joel, de un año y siete meses; y Ricardo Ismael Giménez Godoy, de tres años y dos meses.Según la hipótesis de los investigadores, el doble homicidio fue perpetrado entre la 1 y las 3 del lunes y el padre de los menores no tuvo mayores inconvenientes en relatar el drama.“Hice un pacto con Satán, le dije que me diera 100 millones de guaraníes, porque antes yo vivía en la calle y no quería que mis hijos vivan sufriendo la miseria que yo pasé. Yo cumplí el pacto, pero él no cumplió”, sostuvo el lunes por la tarde ante los periodistas de diferentes medios de comunicación.“Mi esposa se fue a Buenos Aires para trabajar, nos abandonó, nunca me envió ni un guaraní ni para sus hijos, mientras que yo trabajaba vendiendo dulce, mis hijos se quedaban con una señora”, continuó diciendo.“Maté a mis hijos, al más pequeño lo asfixié con mis manos, le puse un hule por la cabeza y lo até para estar seguro de que murió”, señaló.“El otro, el mayor, estaba llorisqueando. Primero maté al más chico en la cama de casa, lo agarré del cuello y murió. Luego llevé al mayor hasta el eucaliptal, donde lo maté. Primero no quería ir, pero lo llevé. Me decía ‘¡no, papi! ¡no, papi! ¡no hagas nada por mí!’. Luego repitió varias veces ‘bueno papá’, y ya no le hice caso. Después lo golpeé, le metí un pañuelo en la boca y lo estrangulé”, fueron las desgarradoras declaraciones del hombre.Sin embargo, Giménez expresó que se arrepintió de matar a sus dos pequeños, pero admitió que ya es tarde. “Quise suicidarme pero creo que Dios no lo permitió. Había hecho un pacto por 100 millones de guaraníes hace dos meses, porque quería agrandar la casa para que ellos vivan bien. Yo trabajaba todos los días vendiendo dulce y ganaba 50 mil guaraníes por jornada”, explicó, y añadió que “mi casa es una casa de madera de una pieza, pero quería que sea mejor, por lo que hice el pactó con Satán”.Tras sincerarse, el impulsivo personaje pidió a sus familiares un perdón que difícilmente sea aceptado. “Pido perdón a mi esposa y a mis familiares. Voy a cumplir la condenaque imponga la Justicia y que pase lo que Dios quiera. No quise hacer tanto daño, pero yo no sé lo que pasa, el diablo fue más fuerte que yo”, dijo finalmente, intentando justificar el horrendo crimen.





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