La polémica sobre la reincidencia y/o la resocialización de los convictos condenados por delitos de índole sexual es amplia y da que hablar. Misiones no es ajena y en los últimos días sumó una causa que agrega un nuevo capítulo a la discusión. Se trata de uno de los primeros casos en la provincia en la que un hombre recibió dos condenas diferentes por cuatro abusos a menores de edad.Carlos Ramón Moreira (41) nació en Puerto Rico y cuando tenía 20 años fue condenado por primera vez por abusar de tres menores de edad. Fue sentenciado a 20 años y cumplió tras las sombras 12 años y 7 meses, hasta que recibió el beneficio de la libertad condicional.Tuvo una segunda oportunidad pero no supo aprovecharla. Cuatro años después de salir de prisión, volvió a violar a un niño. Y cuando tenía 38, volvió a escuchar la palabra “culpable” detrás de su apellido. Esa segunda vez recibió una pena de 13 años de cárcel.El de Moreira es, quizás, uno de los primeros casos de un “abusador serial” en los registros de la Justicia misionera. Y días atrás PRIMERA?EDICIÓN pudo saber que el doblemente condenado volvió a ser noticia una vez que las autoridades finalmente unificaron esos dos fallos y lo sentenciaron a una dura pena de 33 años de prisión, histórica para la provincia tanto por el monto como por las circunstancias.Una película de terrorLo ya dicho, Moreira tenía 20 años cuando debió sentarse por primera vez frente al banquillo de los acusados. Se trató del Tribunal Penal 1 de Posadas, que el miércoles 29 de mayo de 1996 lo condenó a 20 años de prisión por violar a tres niños de 6, 7 y 8 años, y manosear a una niña de 7.Los cuatro hechos, todos cometidos en diferentes ocasiones, tuvieron lugar en la zona de Puerto Rico, de donde el condenado es oriundo y vivió hasta recibir esa primera sentencia (ver “Moreira es un monstruo, violó sus físicos e ilusión de vida”).El fallo envió directamente a Moreira a prisión.?Permaneció tras las rejas exactamente 12 años, 7 meses y un día, hasta que finalmente las autoridades judiciales le concedieron el beneficio de la libertad condicional. Aquel martes 30 de diciembre de 2008, cerca del mediodía, el hombre firmó los documentos ante la Justicia y volvió a caminar la calle en libertad.Además de las veredas, ese día Moreira comenzó a caminar su segunda oportunidad. El destino lo llevó a vivir en Montecarlo, donde pocos sabían de sus antecedentes. Allí, el pasado se hizo presente y ese “monstruo” del que se había hablado en aquel primer juicio volvió a aparecer:?el lunes 28 de mayo de 2012 fue detenido una vez más por abusar de un niño, aparentemente vecino suyo, aprovechando que la madre había salido unos minutos para realizar compras. Apenas 3 años y 4 meses habían pasado desde su salida de prisión. Ni siquiera había cumplido la condena completa por el primer caso que la Justicia provincial ya formulaba un nuevo requerimiento de elevación a juicio en contra del hombre.Ese segundo debate se desarrolló en el Tribunal Penal 1 de Eldorado, por cuestiones de jurisdicción, y tuvo sentencia el miércoles 7 de mayo de 2014. Otra vez Moreira escuchó su apellido seguido de la palabra “culpable”. Había sido condenado a 13 años por el delito de “abuso sexual con acceso carnal” y declarado reincidente.Después de las cuestiones procesales y como consta en el artículo 58 del Código Penal Argentino, ambas condenadas recayeron en el tribunal que dictó la sentencia más alta, en este caso el Tribunal Penal 1 de Posadas, que días atrás unificó las penas y lo condenó a 33 años de prisión.“Nos encontramos frente a un hombre que demostró, en ambas causas, una conducta delictiva grave, dado que en la primera causa abusó sexualmente y accedió carnalmente de tres víctimas menores de edad en distintas circunstancias. En la segunda, reiteró su accionar sobre otro menor de edad aprovechando la ausencia de la madre de la víctima”, argumentaron los jueces Martín Errecaborde, Ángel Dejesús Cardozo y Eduardo D’Orsaneo en el fallo. El condenado fue notificado en la misma celda en la que pasará lo que le queda por delante. Su caso es particular no sólo por las circunstancias, sino también porque es uno de los pocos reos en todo el país que llegará al medio siglo de vida prácticamente con más años en prisión que fuera de ella.





Discussion about this post