Susana tiene 42 años y acaba de dejar a su tercer hijo en una nueva ciudad, pues decidió ir a vivir a 1.200 kilómetros de su hogar para seguir estudiando. Ahora ya los tres varones son universitarios. Cuántas responsabilidades cotidianas acaban, cuántos amigos sin olvidar sus cosas. El entrar y salir a diario… parecía que esta nueva etapa sin tanto bullicio sería fabulosa.Con su esposo, la relación era tranquila, buena y no tienen mayores problemas. Tenía planificado empezar a hacer varias cosas al tener más tiempo, pero su cuerpo empezó a pasar factura de tantos años desde que fue mamá, esposa y profesional. Comenzó entonces con su ginecóloga, que la conocía hacía años y sabía que tras su último embarazo se le había declarado hipotiroidismo. Sus emociones empezaban a transformar su cuerpo. Estaba bajo control y no había presentado nunca problemas. Luego de revisarla le sugirió estudios rutinarios. La mamografía entonces mostró los primeros indicios de que su cuerpo no andaba bien: quistes en la mama derecha. Sugirió continuar con estudios y juntas fijaron las fechas para realizarlos.Susana estaba asustada y con miles de ideas que se fueron sumando al transcurrir la espera. Avisó en su trabajo que se tomaría unos días. Estaba cansada y preocupada. Comenzaron los estudios, el resultado de la biopsia estaría en días. Durante la espera, una amiga le comentó sobre Biodecodificación, ella había escuchado sobre la relación entre las emociones y el cuerpo. Juntas indagaron sobre emociones y patologías. Relacionaron su desfasaje hormonal y repercusión física a través de sus emociones: hipotiroidismo, mama derecha.Se emocionaron juntas al ir descubriendo los sentimientos y procesos emocionales que habían causado esas afecciones. La espera se llenó de sabiduría, el dolor y la angustia, el paso a conocerse y plantearse nuevos desafios. Los diferentes pasos como mujeres y los cambios hormonales tan significativos. Encontraba una respuesta en cada párrafo y la posibilidad de acompañar un tratamiento convencional con una visión holística de emociones por sanar. En la siguiente consulta revisaron los análisis bioquímicos que denotaban la gran falta de oligoelementos como selenio y magnesio, vitales en pacientes hipotiroideos y desfasaje hormonal, insulina, páncreas.Se trataba de un organismo pidiendo auxilio. Junto a su ginecóloga evaluaron los tratamientos a seguir, ya que la biopsia era benigna y permitía el trabajo clínico endocrinológico. Así llegó a mi consultorio donde charlamos ,y pudimos detectar ciertos puntos físicos bioquímicos y emocionales. Realizamos como opción: nutrición endovenosa y por vía oral, además de los ajustes hormonales e incorporar a este proceso terapia con flores misioneras donde pudimos trabajar las emociones. El abordaje interdisciplinario en los diferentes campos permiten que el paciente hoy pueda sentirse como un todo. Aprender a valorar nuestras emociones y relacionarlas con los síntomas corporales da bienestar real al paciente.La nutrición endovenosa y oral de suplementos como neurotransmisores, vitaminas y oligoelementos, da al organismo descanso y ayuda a la regeneración. Susana hoy se siente contenida, cuidada, descubriendo sus realidades y emociones. Estoy a su disposición y con el afecto de siempre. Colabora: Marcela CampiasMédica. Clínica. Especialista en Medicina Orthomolecular. CIMOEn FacebookAv. Tambor de Tacuarí 3328watsap 376413607




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