No se trata de un lugar lejano ni de calles de difícil acceso sino de uno de los puntos referenciales de la capital provincial, la zona de Tribunales, a escasas doce cuadras de la Casa de Gobierno. Es un sitio con mucho movimiento durante el día por los innumerables trámites judiciales que allí se realizan pero que poco a poco se fue convirtiendo en un lugar “caliente”, complicado, inseguro para los vecinos que hoy viven prácticamente encerrados por temor a los robos y arrebatos.El 27 de agosto de 2014, PRIMERA EDICIÓN ya había publicado una nota bajo el título: “Vecinos del Palacio de Justicia piden mayor seguridad”, en la cual advertían de la situación que se venía acentuando -en ese momento- desde hacía dos años. En una recorrida por las principales avenidas que rodean al Palacio de Justicia, hoy se palpa claramente que la situación está más compleja, prácticamente todos los comercios tienen rejas y las pocas casas que no las tienen cuentan con sistema de alarma.Santa Catalina y Centenario son las avenidas neurálgicas, donde confluyen las principales líneas de colectivos que llegan hasta la zona de Tribunales. A cuatro cuadras se encuentra la remozada seccional Segunda y “si a eso se le suma la propia guardia del Palacio de Justicia, no debería haber motivos para preocuparse en todo el día de delincuentes. Pero resulta que a plena luz del día están robando en las cuatro principales paradas de la zona, incluso a los chicos que van a la escuela Santa Catalina y que vienen hasta Centenario a tomar el colectivo, nadie se salva, viejitos o personas jóvenes”, explicó Raúl Sánchez, cansado de la situación que le toca vivir.Hay vecinos que nacieron y crecieron en el barrio mencionado, no les contaron sobre los hechos de inseguridad. Hoy viven “esperando que no nos toque el turno porque uno no sabe qué puede ocurrir o en qué puede terminar. Te paran a plena luz del día y te piden que les entregues el celular, la billetera o la mochila. Acá está el Club Atlético Posadas y vienen muchos chicos a practicar, entonces aprovechan y simulan que esperan un colectivo y los terminan robando. ¿La Policía? Nunca está y eso que tenemos al Palacio de Justicia acá cerquita, pero allí lo único que hacen es llamar al 911 porque no disponen de un móvil y nos dicen que no pueden descuidar la guardia para salir detrás de alguno que robó. La comisaría tarda muchísimo en llegar, como si estuviésemos a veinte cuadras y estamos a un paso”, apuntó Sánchez.Para los vecinos lo preocupante es que “siempre corren para el mismo lugar después de robar, saben las calles más oscuras, por donde la Policía no se animará a meterse… entonces lo que pedimos y lo que debe hacerse es prevención de día, porque ya es el colmo y por supuesto que de noche también. Hoy esto es casi céntrico y no puede ser que entren a las casas y tengamos que esperar a que no puedan entrar para recién salir nosotros. Algunos vecinos ya empezaron a armarse, no queda otra, incluso a la noche se escuchan tiros para amedrentarlos. Otros pusieron cámaras de seguridad y alarma pero se enojaron los ladrones, entonces pasan y le hacen sonar a propósito, entonces ven que si apagan enseguida es porque hay gente adentro y si suena mucho tiempo es porque no hay nadie, entonces allí se meten igual. Esto es demasiado, no podemos imaginar qué debe pasar en los barrios más alejados”.





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