El visitante se puso en ventaja por un gol en contra de Agustín Orión, a los 9 minutos del primer tiempo, después de no lograr controlar un centro de Sebastián Palacios. En el complemento, la "Academia" lo empató gracias a un gol de tiro libre de Marcos Acuña, a los 7 minutos. Racing llevó siempre el peso del partido, aunque en la primera etapa le costó generar juego y llegadas, mientras que en la segunda mejoró mucho y hasta pudo haberse llevado la victoria. Para analizar el juego, hay que tener en cuenta que fue clave el estado del campo de juego, vapuleado por la lluvia. En la primera parte, cuando la tormenta era intensa, se hizo casi imposible dar tres pases seguidos sin tener que levantar la pelota. Con ese escenario, Talleres supo acomodarse mejor a esas condiciones y terminó sacando provecho. Es cierto que el visitante se vio beneficiado por el blooper de Orión, quien cuando intentó cortar un centro de Palacios, vio cómo el balón se le escurrió y, luego de rebotar en una de sus piernas, terminó dentro de su arco. A partir de ahí, Racing intentó buscar la igualdad y se plantó en campo rival, aunque no tuvo profundidad. Con un equipo armado para jugar con la pelota al ras del suelo mediante el tridente de mediocampistas compuesto por Rosales-Romero-Acuña, el campo conspiró contra esas intenciones. Tan sólo en algunas ocasiones Rosales pudo desequilibrar de manera individual, pero nunca pudo asociarse con los otros dos futbolistas. Incluso, la única chance de Racing fue producto de un centro del exAldosivi, que casi se le mete a Herrera. A Talleres le bastó con orden, la inteligencia del "Colo" Gil para manejar los tiempos y la velocidad de Palacios, que se sintió como pez en el agua con el terreno mojado. En el segundo tiempo, el cese de la lluvia jugó a favor de la "Academia", que disfrutó de un campo de juego más propicio. Encima, se vio beneficiado por un gol rápido: Acuña colocó un centro con mucho efecto, Vittor no logró cabecear y despistó al arquero Herrera, que no logró reaccionar. Consciente que el trámite lo favorecía, Claudio Úbeda sacó a Romero, de muy floja labor, por el juvenil Lautaro Martínez, que le aportó el pase claro que no tuvo el paraguayo. Racing creció a partir de un Lisandro López que se mostraba más participativo, bien secundado por Acuña y Rosales, quien terminó extenuado. En su lugar, entró Brian Mansilla, de gambeta en picante en velocidad, aunque pocas veces pudo mostrarla porque Talleres se dejaba muy pocos espacios. En lo que fue un verdadero monólogo, Racing pudo haberse llevado los tres puntos, pero en dos ocasiones claras Grimi y "Licha" López elevaron sus tiros. Fuente: Agencia de Noticias NA





Discussion about this post