Tras las habituales actividades de motociclismo, enduro y quad extremo, entre otros, el Grupo Explorers 4×4 culminó su travesía del sábado con una jornada solidaria en la Aldea Urundaity, del municipio de Profundidad, con cuyos miembros mantiene vínculos desde hace unos diez años. En este espacio del Paraje Tacuaruzú residen 24 familias de la comunidad Mbya Guaraní, con una gran población de niños que, según los visitantes “necesitan alimentos y contención”. Atilio Cantalupi es quien lidera este grupo que busca “llevarles un mimo y trata de devolverles un poco de lo que nosotros les quitamos” en su momento. Comentó que el sábado “fuimos a compartir una comida, a atenderlos, a escucharlos, porque siempre tienen reclamos, inquietudes, pero son pocos los que los escuchan. Y para nosotros poder hacer esto es una satisfacción. Buscamos que los que se integran al grupo conozcan lugares, paisajes y, de paso, las necesidades de la gente”. Recordó que el Grupo Explorer tiene 35 años y que desde hace diez, colabora con esta aldea, como lo hace con la Escuela 166 de la localidad de Santa Ana, que apadrina desde hace 17 años. “Hay personas que ayudan y colaboran. Siempre aparece alguna mano solidaria que facilita ropa, zapatillas, mercadería, y siempre compartimos fotografías porque creemos que es la mejor manera de transparentar la entrega, que se sepa que llegan a destino, que nada queda en el camino. Ahora tenemos que regresar para arreglar la bomba de agua”, manifestó a PRIMERA EDICIÓN.También en su carácter de presidente del Club de Leones de Candelaria, Cantalupi trata de asistirlos. “Muchas veces por la noche tocan el timbre de mi casa para que los acerque hasta la aldea que queda a unos quince kilómetros. Están con chicos, bajo la lluvia o con frío y no puedo dejarlos abandonados. Mientras pueda voy a seguir haciéndolo porque me reconforta”, añadió. En otras ocasiones, corre las cosas del garage de su viviendas e improvisa un comedor para los chicos. Allí se sirve una chocolatada o un mate cocido acompañado de churros, si se puede. Otras veces le permiten ver dibujitos por televisión, “siempre buscando la manera de brindarles un poco de afecto”.




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