Este diario publicó el viernes pasado <a href="http://www.primeraedicion.com.ar/nota/226189/vive-en-la-extrema-pobreza-y-pide-ayuda-para-atenderse-una-herida.html">la historia de Pantaleón Santos Vega</a>, quien desde hace un par de meses convive con una terrible herida en un pierna, que cubre con un paño untado con manteca, porque asegura que no recibió buena atención en los nosocomios y que su padecer se debe a una “obra del mal”. Como suele ocurrir, al hacerse pública su situación, varias instituciones públicas locales se hicieron presentes en su domicilio con la intención de ayudarlo. Sin embargo se negó a recibir asistencia. Desde el área de Desarrollo Social de la Municipalidad de Montecarlo, en conjunto con profesionales del hospital, se acercaron para ofrecer ayuda pero, a pesar de la insistencia de los médicos, se rehusó a acompañarlos al centro de salud, por lo que volvieron a intentarlo en compañía de agentes policiales y, así y todo se volvió a negar.El concejal local Jorge Leiva, responsable de la articulación entre las instituciones que intentan ayudar, explicó a PRIMERA EDICIÓN que “apenas tomamos conocimiento por los medios de comunicación de lo que sucedía fuimos a verlo e inmediatamente nos dimos cuenta de la grave situación en la que se encuentra. Si bien desde Desarrollo Social de la Comuna ya se le está brindando la asistencia más urgente, lo grave es el estado de su pierna, pero no pudimos convencerlo de que vaya al hospital. Llevamos una ambulancia pero no hubo forma de que nos acompañe, incluso desde la Dirección del hospital se pidió buscarlo con la Policía, pero se volvió a negar”, contó el edil. Pantaleón hace dos meses sufre en la pierna izquierda lo que al principio no fue más que un adormecimiento y una hinchazón, pero que con el correr de los días la piel se comenzó a abrir y hoy se convirtió a una herida abierta que cubre con un paño con manteca y pólvora.Según contó a este Diario, luego de no recibir respuestas satisfactorias por parte de los médicos, tanto en Montecarlo, como en el Samic de Eldorado y el Madariaga de Posadas, de donde “volvió peor de lo que estaba”, ahora recurre a la curandería esperando encontrar la solución a su padecer.La última vez que fue al médico fue el 11 de julio, desde entonces se está en su casa esperando que haga efecto las oraciones y curaciones de la mujeres en la que depositó su confianza.





Discussion about this post