A medida que los investigadores recogen testimonios y pruebas en torno a <a href="http://www.primeraedicion.com.ar/nota/225929/asesinaron-a-tiros-a-una-mujer-en-puerto-rico-y-la-principal-sospech.html">la muerte de María Ester Yess (63)</a>, las circunstancias en que habría ocurrido o su presunta motivación, no dejan de provocar sorpresa y apunta a una trama truculenta de una relación familiar tormentosa.Fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN confirmaron que la hija de la víctima fatal, detenida al igual que su novio, habrían ofrecido y hasta logrado compradores para el terreno que le exigían vender a Yess.Este dato compromete aún más a la mujer de 31 años aprehendida el lunes, pocas horas después del homicidio dentro de la vivienda de calle Río Grande, en Puerto Rico. María Yess fue literalmente ejecutada de un balazo en la cabeza dentro de su hogar el domingo a las 21. Su hija denunció de inmediato que el ataque se produjo desde la vereda de la casa, a través de una de las ventanas donde funcionaba el kiosco, principal fuente de ingreso de la familia.También había apuntado como sospechoso a un hombre involucrado en un caso de delito contra la integridad sexual que presuntamente amenazaba a su familia. El sujeto se presentó ante la Justicia y quedó detenido.Pero la coartada de la sospechosa se desmoronó en pocos minutos, luego que el test orientativo de parafina dio positivo en su mano derecha y a la par que los peritos criminalistas bajo las órdenes del juez de Instrucción, Osvaldo Rubén Lunge, determinaban que el crimen se cometió dentro del inmueble y a corta distancia del temporal derecho de María Yess. También afirmaron que el balazo no pudo ser efectuado desde la ventana por la posición y lugar en que quedó tendido el cadáver.El magistrado ordenó la detención inmediata del novio o actual pareja de la sospechosa, la que fue concretada durante la tarde del lunes en Caraguatay y luego que desarmara y vendiera la motocicleta en la que fue visto transitar en inmediaciones del hogar de María Yess. Los indicios apuntan a que también presionaba a la víctima para que vendiera el terreno y que le entregara a su hija el dinero.También se lo vincula a una organización de contrabandistas de cigarrillos que operaría en la zona y para la cual habría oficiado de “mula” en la costa del río Paraná.En cuanto a la presunta arma homicida, los investigadores continúan buscando un revólver calibre 22 que María Yess escondía dentro de su casa. Tanto el disparo que acabó con su vida como el que dejó un rastro en una heladera corresponden a las mismas características.Pidieron restricción tres meses antesUna semana antes de que fuera asesinada, María Yess recompuso el vínculo con su hija y le permitió que regresara de Caraguatay a la vivienda familiar de Puerto Rico y compartiera el techo con sus nietas, que habían quedado bajo su tutela.Casi tres meses antes, en la Justicia había solicitado la guarda y custodia de sus tres nietas. El constante maltrato que habrían sufrido la abuela y las niñas provocó que otros familiares pidieran una orden de restricción del hogar tanto para la madre como para su actual concubino. Detalles de lo sufrido por las menores no se pueden describir porque comprenden situaciones aberrantes y vulneran su integridad. La medida se tramitaba en el Juzgado Civil y Comercial de Puerto Rico, a cargo de Ítalo Lirussi, y aparentemente como aún no se había hecho efectiva, los sospechosos, especialmente la hija de María Yess buscaron reconciliarse y retornar al hogar, ahora bajo la sospecha de intentar convencer a la víctima para que vendiera la propiedad en pugna. Esta hipótesis del crimen es la que se baraja desde el lunes luego que los peritos en criminalística y los investigadores de la Unidad Regional IV y de la Dirección de Homicidios de la Jefatura de Policía, dieron con las pruebas y recogieron los testimonios considerados clave.





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