En lo que va de este año, los incrementos de tarifas en servicios han sido consecutivos y de fuerte impacto para el bolsillo de los trabajadores. Energía, con una Emsa en constante déficit y a la espera de salvatajes provinciales. Luego, un primer tramo de incremento en las tarifas del agua para las zonas concesionadas a Samsa. Sin olvidar el del gas envasado en garrafas que parecen cargadas de oro.Ahora, desde ayer, llegó el segundo boletazo en el transporte público de pasajeros para el área metropolitana, aunque muchos municipios ya habían avanzado con la actualización tarifaria, en zonas donde no existen los millonarios subsidios provinciales y comunales de los que goza el Grupo Z que dice no alcanzarle para abonar los aguinaldos a sus choferes y administrativos.Rentas de Misiones, aplicó un tasazo que subió varias veces el costo para trámites en el Registro de la Propiedad inmueble.Y si algo faltaba, el presidente del Ente Regulador de Agua y Cloacas de Misiones (Eprac), José Guccione, dio a conocer que se viene una suba del 25% en las tarifas de agua potable desde agosto próximo.Todo ello, en un contexto de inflación que está lejos de ceder y con muchos empresarios que especulan con los precios y “por las dudas” remarcan semana a semana. El bolsillo de los trabajadores está cada vez más ajustado, con lo cual, se hace imposible cumplir con cada producto o servicio que sube en porcentajes impagables.Faltan pocos meses para el fin de año y a medida que avanzan las semanas, aparece la incertidumbre de ¿cuántos aumentos van a seguir apareciendo para “acomodar” las tarifas? Los gobiernos provincial y nacional deben entender que no es un buen momento para cargar más costos sobre los trabajadores y menos aun sobre los desocupados que no tienen forma de recaudar para cumplir con los pagos de servicios tan indispensable como agua, luz y gas. Basta de que los bolsillos de los usuarios calmen a los de los empresarios.





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