Cuando nacemos, nuestro grupo social nos traspasa la idea de lo que significa Dios y la espiritualidad para ese grupo, a medida que crecemos iremos analizando esta idea junto a las otras y la podremos aceptar o no.Luego si nos alineamos con la idea de Dios, como cualquier idea que adoptemos, esta nos va a ir transformando en la medida que la vayamos cultivando, pues vamos a ir colocando todos sus contenidos en nuestro razonamiento y proceder.Una gran pregunta que siempre atravesó mi mente es ¿Qué es lo que siente y vive una persona al creer en Dios?, es un pensamiento común o es una sensación inigualable e imposible de describir.Hoy en día el tema de Dios es muy común, por todos lados encontramos manifestaciones a favor o en contra, hay seres que lo nombran a cada rato para darse importancia y hacer notar su creencia, otros son más humildes, algunos no se animan por vergüenza y otros están en contra.Algunos lo presentan de una forma, otros de otra, para algunos es severo e inflexible, para otros amoroso, habiendo una gran variedad de creencias; lo que sí se puede decir es que este tema afecta a la gran mayoría de la población mundial.Si es difícil describir en palabras la belleza de escuchar cantar a K. Carpenter o a L. Pavarotti, o escuchar y ver el “El lago de los cisnes” de P. I. Tchaikovski, es aún más difícil describir lo que sentimos al orar, para entablar un diálogo con un ser que la mayoría no vio ni sabe como es, aunque sólo sentimos su presencia por sentimientos poco claros y por lo que cuenta la mayoría de las personas que nos rodean.Hay gente que al hablar sobre Dios no expresa dudas sobre su existencia o inexistencia, porque no se lo permite o porque hasta allí desea llegar, o por miedo, o por desinterés, o por indiferencia, o porque soy joven y esto es tema de viejos, o porque no les creo “ni medio” a estos creyentes, acá dicen una cosa y se hacen los santitos, pero después “muestran las uñas” y hacen lo contrario.Hay otros más curiosos, a los que les interesa saltar límites, explorar y preguntar. Pero a vos ¿que te produce? Y empezamos a cuestionar, a investigar y a indagar.¿Qué es lo que sentimos al creer en Dios?, raramente tendremos visiones o encuentros con seres luminosos o celestiales, ni habrá apariciones fuera de tiempo y espacio que rompen las leyes de la física o la fisiología, como volar, sobresalir en todo, saber todo.Creer en Dios y sentirlo habitualmente la mayoría de las veces es más simple, “más tranqui…”, es una sensación de seguridad cuando nos encontramos solos, es vislumbrar una salida cuando la solicitamos, es sentir alivio por una pena que nos atormenta e incapacita, es tener una guía cuando estamos totalmente desorientados, es poder encontrar un rastro de perdón cuando el odio y la venganza nos carcomen y destruyen, es encontrar una explicación donde antes sólo había confusión, es sentir que se puede volver a empezar a pesar de haber traicionado todas nuestras creencias, es tener la certeza de que después de nuestro final terrenal existe una nueva propuesta.Pero creer en Dios no es sólo un ejercicio mental donde coloco todos mis conocimientos y habilidades mentales, como si estuviéramos realizando una operación matemática, es mucho más que una disquisición intelectual, se siente un “plus” importante de sentimientos mezclados que difícilmente podemos describir.Creer en Dios es un camino que se recorre a diario, segundo a segundo durante toda la vida, que se puede dejar en suspenso o no dar importancia, pero que pone a otra existencia delante nuestro como un guía y nos hace perder nuestro tan ansiado egoísmo.El camino que nos propone la creencia en Dios es con idas y venidas, con aciertos y errores, con caídas y levantadas, con estímulos y decepciones, donde las sensaciones e intuiciones son cada vez más profundas, produciéndonos cambios de actitud, pero que en definitiva tienen una sola meta, que es edificarnos para ser mejores personas.Creer en Dios no es decepcionante, pero sí tiene un tiempo que va en contra de todo tiempo acelerado de parte nuestra, también posee su paciencia y maduración, y un entendimiento intelectual que debemos aportar nosotros.El camino espiritual es opcional y al alcance de cualquiera, pero no por esto es “simplote y para tontuelos”, necesita lo mejor de parte nuestra, nosotros le sumamos con nuestro razonamiento actitud y experiencias, generando el estado de creencia en Dios.Este camino espiritual es, en parte, poder encontrar tiempo en nuestra vida atareada en tantas cosas sin sentido, para tener momentos de recogimiento e introspección, que significa “mirarse a sí mismo y mirar al de al lado nuestro” para preguntarnos hacia dónde quiero ir, y si lo estoy cumpliendo. Este tiempo de interiorización, no es una imposición ni una obligación, sino una decisión por alguna necesidad, porque seguro nos afinará hacia la meta, es de agradecimiento por lo que tengo a diario y por la alegría que significa estar orientado, también por la pena de haber cometido errores y violencias, también nos hace estar tranquilos cuando a pesar de todos los errores nuestra intención no fue dañar.Este estado de reconocerse a sí mismo, nos va desnudando poco a poco interiormente, nos va mostrando como realmente somos, para que podamos comparar con lo que desearíamos ser, limando nuestras aristas puntudas y enderezando nuestras zonas torcidas.La creencia en Dios es una intuición que se tiene, que nos da la seguridad de haber tomado el camino y la decisión correcta, es saber y sentir que ante una equivocación podemos volver atrás y rectificar, es entender que no estamos solos. Nuestra “Dimensión Espiritual” se puede ensanchar o achicar, dependiendo de la puesta en práctica de nuestras ideas, tratando de transformar bondadosamente la vida del que tengo al lado.Creer en Dios nos ayuda a alinearnos fuera del centro de nuestro egoísmo, aunque significa interiorizarnos en un grupo de valores, leyes, obligaciones y responsabilidades cuyo cumplimiento nos producen “paz interior”.u0009Los resultados de quienes están alineados con sus frutos son humildes, pacíficos, justos, son mansos, tienen paz interior y la expresan a su paso, todos frutos relacionados a la expresión del amor genuino.Por J.L. Bazán – MédicoDeseo tu opinión: [email protected]




Discussion about this post