Podríamos señalar que las agresiones a las mujeres que lamentamos resultan de no haber filtrado esos mensajes con el celo que lo hacemos hoy. O pensar, a la inversa, si acaso las expresiones populares no nos ayudan a reconocer como propios los problemas difíciles de asumir. La explicación de la popularidad y permanencia de expresiones cantan situaciones que la moral o las leyes no permitirían hay que buscarla en la identificación que despiertan en la gente. Hay algo en la canción, la telenovela, la poesía que las multitudes premian convirtiéndolas en masivas.La cultura popular es como el espejo de la casa en el que terminamos de mirarnos sin vernos. Creemos que conocemos nuestro rostro mejor que nadie, pero cuando nos vemos en esas fotos que subieron los conocidos en sus redes, esa selfie con que intentamos retener la fugacidad del momento, nos incomoda la imagen que nos devuelve la instantánea. Algo parecido nos pasa con nuestra identidad social: nos sabemos argentinos, pero no siempre nos reconocemos un las expresiones que retratan.Y como con las fotos domésticas, tratamos de elegir las más, favorecedora, o pasarle algún filtro mágico para disimular esos rasgos que creemos ajenos.HaikuUna sonrisaen el cierre sutilde las palabrasColabora: Aurora Bitó[email protected]





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