Finalmente desde el viernes -a casi tres años de su emplazamiento en la costanera capitalina- el monumento que busca honrar la figura del general Andrés Guacurarí, tiene placa. En diciembre de 2014 PRIMERA EDICIÓN había publicado un informe, con distintas voces, en el cual se exponía la no simbolización del monumento al general (ascendido post mortem el 2 abril de 2014), que se hallaba vacío de toda información, sin placa ni nombre, solitario en una isla. En la mañana de ayer, diputados provinciales, en donde se halla el monumento al héroe misionero y en el marco de un acto por el Bicentenario de la Declaración de la Independencia, descubrieron la placa dedicada al militar guaraní más conocido como “Andresito”, hijo adoptivo de José Gervasio Artigas. “La figura de Andrés Guacurarí ya está instalada, la sociedad conoce su imagen, pero no tanto su desempeño y su importancia. En eso, el monumento de la costanera es una metáfora muy fuerte. Andresito es como una isla enorme en la historia de Misiones, alrededor de la cual no parece haber nada. Por eso, el desafío ahora es “sacar” a Andresito de la isla y ver, por un lado, qué hubo entre la época de los jesuitas y Andresito y qué pasó desde su gobierno hasta la llegada de los inmigrantes. Conocer y tratar de explicar el proceso histórico integral de Misiones por un lado, y hacerlo accesible a la gente, por otro, son los grandes desafíos actuales. En ello está trabajando un grupo importante de historiadores, etnohistoriadores y también gente sin tanta formación académica, pero con mucha pasión”, dijo a este diario el historiador Oscar Daniel Cantero, prolífico investigador de la historia regional de Misiones.“Hay muchas figuras de militares aborígenes con enorme importancia en la historia del país que no son conocidos. A mediados del siglo XVIII, la figura más importante era la de Nicolás Ñeenguiru, un cacique de Concepción que era descendiente del guaraní del mismo nombre que comandó la batalla de Mbororé un siglo antes. Otros comandantes de enorme importancia, que estuvieron después de Andresito, fueron sus sucesores como el Comandante General de las Misiones Pantaleón Sotelo y Francisco Javier Siti. Los líderes locales posteriores a 1820 son Nicolás Aripi y Gaspar Tabuabe. Fueron hombres de relevancia regional y deben ser reconocidos y conocidos”, expresó el profesor. Por su parte, la diputada María Inés Rebollo, oradora del acto homenaje y vicepresidente de la Comisión de Educación, expresó: “poder compartir con todos este momento de celebración del Bicentenario de la Independencia, más allá de nuestras ideologías y compromiso políticos, me llena de alegría como argentina”.En su discurso, Rebollo leyó un artículo escrito por el historiador Pablo Camogli, en el que hace referencia a los dos congresos independistas de la Argentina, el Congreso de Oriente, en el que los territorios del Litoral declararon su independencia el 29 de junio de 1815; y el Congreso de Tucumán, en el que el 9 de julio de 1816, lo hicieron las demás provincias.





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