El 5 de mayo pasado, el gobernador Hugo Passalacqua designó a un equipo de contadores encabezados por Daniel Pedro Cid para realizar la auditoría de la empresa Emsa, sospechada por toda la comunidad misionera de turbios manejos que la llevaron a ser una entidad totalmente inviable, que gasta mucho más de lo que recauda y que sirve como caja política y nicho de corrupción.El martes se cumplieron dos meses y se desconoce cuál es la investigación que están realizando los contadores, a qué conclusiones llegaron ni tampoco trascendió si la auditoría – que costaría varios millones de pesos – servirá para tomar alguna decisión que mejore la administración de los recursos.Dos fueron los equipos que se inscribieron para ofrecer el servicio de auditoría y el gobernador eligió al grupo de Cid, pero además hubo cuestionamientos del otro equipo porque Cid sería parte del Consejo Profesional de Ciencias Económicas. Es decir que integraba la entidad que hizo la convocatoria y luego fue beneficiado en esa misma.La auditoría fue una decisión que se tomó por presión de la población, que salió en masa a las calles a protestar contra el furioso tarifazo que aplicó la empresa en el mes de febrero a todos los usuarios.Sin motivo aparente, se dispuso un incremento que llegó a 300 por ciento, cuando la Nación había eliminado subsidios que debían repercutir en menos de cien por ciento sobre la tarifa anterior, provocando la ira social.Luego de numerosas protestas callejeras y fuertes manifestaciones en las redes sociales, Passalacqua anunció la auditoría, al igual que otras medidas que obligaban a la empresa a refacturar las boletas con sobreprecios, a disminuir sus gastos y hacer más transparente su administración. Estas otras exigencias se desconoce si fueron cumplidas o sólo fueron anuncios para salir de asedio y la presión social.En los últimos años Emsa fue agrandando su pasivo y perdiendo cada vez más plata, en los sucesivos balances. Necesitó de unos 20 millones de pesos mensuales, que le giró el gobierno de Maurice Closs para no quebrar y dejar de prestar el servicio. Pero nunca disminuyó sus gastos ni la contratación excesiva de personal. Recién decidieron transparentar cuando la turba enfurecida amenazaba la continuidad del gobierno renovador.El ministro de Energía de la Nación, Juan José Aranguren advirtió hace dos semanas que revisará cómo fue que Emsa trasladó la quita de subsidios a sus usuarios, porque en Misiones aumentó mucho más que en otras provincias la tarifa de la luz. Para el funcionario nacional, en Misiones se agregan otros conceptos como tasas, impuestos y otros cobros, a la boleta de la energía eléctrica y con ello la provincia se asegura más recaudación.





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