Pompeyo Audivert y Rodrigo de la Serna llegaron a Posadas luego de un fin de semana de presentaciones en Entre Ríos, y en una charla con PRIMERA EDICIÓN destacaron la importancia de tomar este gran personaje de la historia argentina dando un giro poético importante y humanizando a uno de los próceres más controvertidos del país. “Rosas fue suscitando polémicas y contradicciones, y de alguna manera al ser el fundador de la política argentina, esa grieta de la que tanto se habla ahora comenzó en esa época entre los unitarios y federales. Lo vamos repitiendo casi oligofrénicamente, entre peronistas y anti peronistas; River y Boca; desde todos los aspectos. En la música, esa binomia o antinomia está tan vigente”, explicó Rodrigo de la Serna al destacar el contexto de la novela volcado a la realidad de la actualidad argentina. “Se pueden hacer lecturas de la sociedad, cómo se repiten esas cuestiones. Incluso se podría llegar hacer ese paralelismo entre la figura de Rosas y Perón. Pero más allá de eso hay cosas que siguen repercutiendo, hay frases que tienen una vigencia impresionante dentro de la obra. Que todavía da la impresión que fueron escritas ayer, o se las leyó hoy en alguna noticia. Cuando habla de la cobardía incondicional de los porteños, o como otras frases que tienen mucha vigencia en la actualidad. Lo medular de la obra de todos modos está puesto en otro lado y no justamente en lo político”, expresó el actor al detallar la importancia que tiene la obra, los aspectos que trata y los factores a los que apunta.Por su parte, Pompeyo Audivert contó que “por medio de Rosas se puede producir una producción teatral de fondo que tiene que ver con cuestiones de escarbar más a fondo, cómo quienes somos, de dónde venimos y a dónde vamos. Individual y colectivamente hablando. Rosas es como una máscara que concita la unidad entre el público y los actores. A partir de él podemos desatar las preguntas a las que el teatro se debe”.A su vez destaca que la obra toma un aspecto particular de Rosas, “lo muestra en el momento de su vejez y sabe que esta muriendo en un exilio, donde reflexiona sobre su destino, sobre el destino propio. Es un conjunto de reflexiones lo que se encuentra en la novela de Rivera, así que sentimos que Rosas es una máscara teatral extraordinaria. Nosotros rasgamos con la operación teatral, y mostramos las otras valencias de la presencia. Así que un poco a eso nos debemos, la obra funciona bien, el público no es que se queda enquistado en ese propósito de una manera cerrada sino que pasan muchas cosas. Tiene mucho ritmo y es muy vital en el acontecimiento teatral que se produce”."El Farmer" está basada en la novela de Andrés Rivera, adaptada por Pompeyo Audivert y Rodrigo de la Serna y dirigida por Audivert, de la Serna y Andrés Mangone.Los intérpretes son Pompeyo Audivert y Rodrigo de la Serna y el músico en escena es Claudio Peña. La música original y el diseño sonoro también están a cargo de Claudio Peña, la iluminación es de Leandra Rodríguez, el vestuario de Julio Suárez y la escenografía de Alicia Leloutre.Pompeyo a su vez contó que Rosas representa una identidad clandestina y nacional, “es lo que queremos mostrar en la obra porque metódicamente eso ha sido ocultado o anulado desde la escuela primaria. Tienden a considerar a Rosas como una figura salvaje, y desde todos los acontecimientos políticos, la figura de Rosas y lo que significó políticamente. En esos acontecimientos de la violencia política. Rosas alienta todas las perspectivas de lo histórico”.En su novela Andrés Rivera presenta a Juan Manuel de Rosas exiliado en Inglaterra. El hombre que ha dominado los destinos públicos y privados de la Argentina por más de veinte años se ha convertido en un farmer, un granjero en las afueras de Southampton. Está solo y se siente abandonado y traicionado. A lo largo del 27 de diciembre de 1871, acurrucado junto a un brasero y con la sola compañía de una perra en celo, repasa, por momentos con añoranza y por momentos con rencor, los momentos luminosos y oscuros de su vida.Se trata de un largo monólogo por el que desfilan Lavalle, Urquiza, Sarmiento, Camila O’Gorman, unitarios y federales, ganaderos, generales y la burguesía. Y Rosas se erige por encima de todos ellos como “el argentino que nunca dudó”.Sobre ese momento del exilio, Rodrigo de La Serna contó que es uno de los momentos de Rosas menos conocido, “y muy hábilmente Rivera lo incorpora en la novela como eje de su obra, nosotros modificamos un poco y lo colocamos como que ese era el último día de su vida. Es una decisión dramatúrgica que tomamos con Pompeyo, en su recapitulación final como hombre, que manejó la política pública y privada de un territorio tan amplio como lo era el país”. A su vez destacó que Rosas “estuvo en el poder por 20 años, estamos hablando entonces de un hombre de una energía extraordinaria. Usada para un lado y para otro, que en realidad eso no nos importa. Lo que vemos es a ese hombre, a ese anciano que está recapitulando el último día de su vida. En un rancho, enajenado de su tierra y sus emociones, en un país enemigo con frío y hambre. Esa distancia que hay entre los dos cuerpos, es lo que nosotros llevamos en la puesta. Entonces es lo que quisimos reflejar, a ese coloso que fue y que va a quedar en la historia del país. Y ese cuerpo físico decadente que esta pensando en el último instante de su vida. Esa es la puesta que tratamos de lograr en la obra”. Sobre el desafío que implicó tomar la obra, realizar el personaje, estudiarla y trabajarla, ambos actores coincidieron en que el desafío fue maravilloso. “Creo que estamos haciendo personajes que nunca hicimos. En el caso de ese viejo, quebrado, cascarrabias que rezonga y dialoga consigo mismo, es toda una composición”, contó Pompeyo.En esa misma línea dijo que Rodrigo también lleva adelante un trabajo muy profesional en la composición de su personaje, “la física, su voz y todo el artificio en la actuación, tiene mucha hondura y tiene hasta un trabajo metafísico. Creo que el público valora mucho todo esto y a la vez lo disfruta al extraño duelo actoral que implica esta puesta, en dos niveles muy distintos, donde son parientes a la vez. Como que uno es el dorso de otro, como una identidad que vibra, va y vuelve todo el tiempo”, remarcó.A su vez destacó que es una obra que demanda mucho entre lo actoral y lo físico, “eso en general el público lo agradece mucho y terminamos extenuados, pero a la vez es un placer tan hondo, al hacer este material, al dejarnos atravesar por este material, por el público que es muy generoso en general y a la vez es una experiencia muy linda. Es un trabajo que lo venimos haciendo por dos años, y llegamos en un momento de mucha precisión y la maquina funciona muy bien, la hondura en el vínculo actoral”, destacó Rodrigo que a su vez manifestó que están pasando un muy buen momento con la obra que es bien recibida en todas las ciudades donde ya la p
resentaron.





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