Durante el encuentro, el ministro de Salud, Walter Villalba, explicó a PRIMERA EDICIÓN que “una sociedad sana se expresa, justamente, en la calidad de niños y adolescentes que vamos concientizando, capacitando e inculcándoles la idea de que no se fume, de que el tabaco está asociado no solamente al cáncer de pulmón, que es lo que masivamente se conoce, sino también a más de 300 enfermedades”.Y añadió que “atacamos esto en todas las fases donde lo podemos hacer, dándole una fuerte participación a los chicos, a los docentes; en las escuelas, buscando en su lugar, donde están todos reunidos y donde están abocados al aprendizaje; pero también, obviamente, en los hospitales de alta complejidad, con programas para el cese tabáquico, porque es fundamental que el adulto que fumó mucho tiempo tenga la oportunidad de tener un programa que le dé cobertura en la cesación del tabaco”.Villalba entendió que el consumo de tabaco en la adolescencia es una tendencia que se sigue presentando y representa “una gran preocupación, pero no solamente el hecho de que los adolescentes comiencen a fumar tan tempranamente, sino porque junto con el alcohol son puertas de entrada a otro tipo de sustancias que después tienen contacto u oferta en la sociedad, esto no hay que negarlo, porque sería cerrar los ojos y no afrontar el problema, tenemos hoy una fuerte ideología que presentarle lucha al tabaco, las drogas y el alcohol, pero las adicciones son cada vez más frecuentes, no solamente en las edades tempranas sino en toda la sociedad, creemos que inculcando a los niños, a los adolescentes en su ámbito es como vamos a lograr mejores resultados, hoy tenemos muy buena respuesta, pero la medición de esto se dará dentro de algunos años, cuando tengamos menos cantidad de chicos fumando, tomando alcohol y drogándose”.Por eso aconsejó a los padres “que no fumen, porque el ejemplo justamente que el niño ve es lo que después sigue, si mi papá fuma significa que no es tan malo y yo también lo voy a hacer; segundo, estar siempre controlando a los niños, acompañándolos, porque un niño librado al libre albedrío no siempre toma las mejores decisiones y el peligro es latente, la sociedad todo el tiempo, en cualquier ámbito puede tener ofertas de este tipo, tabaco, alcohol o alguna otra sustancia, entonces hay que acompañar a los niños permanentemente, aconsejarlos, hay que se rígidos en algunas cuestiones y, obviamente, escucharlos mucho, porque hay una fase de aprendizaje en la que necesitan compañerismo y acompañamiento”.




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