Todos, a lo largo de la vida pasamos por diferentes duelos en diferentes circunstancias, así por ejemplo lo sentimos todos cuando pasamos de la niñez a la adolescencia, los padres cuando los hijos dejan de vivir con ellos, cuando perdemos un trabajo, cuando nos separamos de nuestra pareja, cuando nos mudamos de ciudad y el más difícil de todos, cuando algún ser querido termina con su vida terrenal. El término duelo tiene su origen en el latín “duellum”, que significa “combate” o “guerra”. Psíquicamente esto tiene sentido, si pensamos que cada vez que algo llega a su fin se produce un combate entre lo que queremos que sea realidad, y la realidad misma.Cuando algo se termina nos queda el tiempo que depositábamos en ello, así por ejemplo, cuando perdemos un trabajo, nos queda acumulado cierta energía, y esta es como un fuego, que si no se canaliza, crece dentro nuestro hasta quemarnos, en cambio sí lo re direccionamos en otra actividad, lo vamos desagotando de a poco y haciéndolo más útil y saludable psíquicamente. Si aquello a lo que le dedicabas atención ya no está, ocupa ese tiempo y amor en otra actividad, ya sea en homenaje o simplemente por salud y ganas de superar aquella circunstancia. No dejes que el fuego de aquello que ya termino te consuma por dentro, exprésate y déjalo salir de algún modo. Canalízalo en algún deporte, en pintar, en bailar, en crear algún grupo de alguna temática en particular, o simplemente en sacar con pasión aquel don que tienes dormido.Las mejores cosas que existen en la vida surgieron después de haber pasado por duelos y haber canalizado todo esa energía en algo positivo.Colabora: Natalia de las NievesTerapeuta MotivacionalEn Facebook: Rincón De Luz y Bienestar154366593





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