Hay personas que evitan o aplazan el divorcio por el impacto que puede tener sobre los hijos. Sin embargo, deberíamos tener presente que los niños en familias donde los padres no se divorcian pero hay altos niveles de conflicto sufren más que otros niños de familias divorciadas en las que este proceso se ha hecho de forma adecuada y sin que haya muchos conflictos tras él.La ansiedad que pueden experimentar los niños además de estar relacionada con el conflicto de separación también está en función de las relaciones entre los padres después del divorcio así como la frecuencia de visitas del padre o madre que no tiene la custodia del niño/a. Cuanto más conflictiva sea la relación entre los progenitores después del divorcio o separación más alta será la ansiedad que experimentan los niños.Por ello, es importante que ambos progenitores hablen y le expliquen lo que ocurre con un lenguaje adaptado a su edad y hacerles saber que no son responsables de la separación.Las reacciones y pensamientos más habituales de los niños ante el divorcio en su primera fase, suelen ser:Emociones: (las emociones son adaptativas, todas son buenas, pero unas con carga negativa y otras con carga positiva): tristeza, rabia, frustración, miedo, culpa… como respuesta al desmoronamiento de su sistema de seguridad, que es el hogar y sus padres. Entra en un proceso de incertidumbre, de desconcierto. Es también la explicación a posibles conductas agresivas o de desobediencia en el colegio; ya que es una forma de manifestar su malestar.Conductas regresivas: de forma involuntaria los niños tienden a comportarse como cuando todo era seguro, por lo que pueden aparecer rabietas más infantilizadas para la edad que le corresponde, tener miedo a lo que ya no tenía miedo, querer dormir en la cama con sus padres, hacerse pis encima teniéndolo ya controlado, chuparse el dedo…Sentimientos de culpa: si a los niños no se les dan respuestas, explicaciones; ellos las buscan, y le añaden el componente fantástico de la mente de un niño. Una de esas explicaciones puede ser que crean que como ellos se han portado mal sus padres se separan, o por sacar malas notas, o por gritarle a mamá…Conflicto de lealtades: en mayor o menor grado es algo que está en el interior de los hijos de padres separados, y que se puede evitar con la implicación de los padres para que esto no ocurra, se caracteriza por querer agradar a ambos progenitores sin que ellos lo sepan, por ejemplo, el niño puede haber pasado muy bien y al ser preguntado por el progenitor con el que no estaba con él, sobre lo que ha hecho, contestarle el niño que poca cosa, algo normal, “ni fu, ni fa”; con el objetivo de hacer ver que no ha estado bien.Como siempre con los hijos habrá que cuidar y mantener las vías de comunicación y muestras de afecto físicas y verbales y estar atentos a los síntomas de alerta que puedan indicar que no están llevando bien el proceso. Debemos permitir y alentar a que se expresen y buscar orientación profesional cuando el proceso no se esté resolviendo u afrontando adecuadamente.Colabora: Cecilia CastilloFacebook: Lic-Castillo-Cecilia-Jujuy 1765 4º piso 3764 229954





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