Un llamado a la comisaría de Puerto Esperanza alertaba, alrededor de las 17:10 del martes, sobre la presencia en la orilla del río Paraná de una mujer lesionada.El denunciante, Gregorio Díaz (57), quien reside junto a César Ramón Alberto (60) en el Club de Pesca local, solicitaba la presencia policial porque supuestamente otra persona habría caído al agua. Constituidos en el lugar, los uniformados pudieron determinar que aproximadamente a las 13:30 se escucharon los gritos de una mujer identificada como Ramona Antonia L., de 55 años y nacionalidad argentina, domiciliada en la calle Catamarca 560 del barrio Sherer de Puerto Esperanza.Aparentemente, la mujer -soltera y ama de casa- estaría llamando a una persona a la vera del río, unos 150 metros aguas abajo del Club de Pesca. Cuando los cuidadores del lugar fueron a ver qué pasaba, encontraron a la señora entre unas piedras dentro del agua, toda mojada y embarrada, y les manifestó que estaba buscando a su padre de 75 años, de nombre Antonio y nacionalidad paraguaya, con quien supuestamente había llegado hasta allí a primera hora de ese día para compartir unos vinos.Siempre según el relato de Ramona, en un momento dado se quedó dormida y cuando se despertó no encontró mas a su progenitor, presumiendo entonces que el hombre habría caído al agua, ya que en la zona, en la desembocadura del Arroyo Chico, hay una especie de barranco de 15 a 20 metros de altura.Al llegar la Policía, se constató que la mujer estaba en evidente estado de ebriedad y fue trasladada a la comisaría para ser examinada por el médico policial. Entretanto, en el lugar se halló un tetrabrick de vino tinto consumido recientemente y varios trozos de billetes de 10 y 2 pesos rotos.Ante la presunción de que el septuagenario, bajo los efectos del alcohol, efectivamente hubiera resbalado y caído al agua en esa zona tan peligrosa, los efectivos informaron telefónicamente a la Prefectura Naval Argentina, que inició entonces un rastrillaje que se extendió hasta el término de la jornada del martes sin éxito.A última hora de ese día, sin embargo, llegó la resolución del caso, cuando la Policía pudo confirmar que todo fue una fabulación de la mujer, quien padecería algún tipo de alteración mental, ya que el hombre cuya muerte por ahogamiento denunció ahora en realidad había fallecido cuando ella era niña.





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