Después de varios años de promesas incumplidas, veinte familias que se habían afincado en tierras fiscales conocidas como Timbó Viejo y El Callejón recibieron sus viviendas en el barrio Chesny y podrán empezar una nueva vida, lejos de la precariedad y el barro. La respuesta llegó después que PRIMERA EDICIÓN recorriera los lugares donde vivían estos vecinos que no tenían un techo digno y sufrían de diversas enfermedades. Las casas, que fueron entregadas por el intendente Mario Vialey y autoridades del Iprodha, son de madera, tienen dos dormitorios, cocina-comedor, baño instalado y servicios de agua y electricidad. El municipio puso a disposición el transporte para realizar la mudanza de cada una de las familias que se asentarán en su nuevo domicilio.Los propietarios se emocionaron hasta las lágrimas al recibir las llaves de sus viviendas, lo que contagió al resto de los presentes que con aplausos y abrazos felicitaban a los nuevos residentes. Mariana Ayala, una de las flamantes dueñas, manifestó que “estoy muy emocionada y feliz porque mucho tiempo esperé este momento. No perdí las esperanzas. Sabía que un día iba a llegar. Para mí, que nunca tuve una casa, ésta es preciosa”. Narciso de Jesús Borda indicó que proviene de la zona de El Callejón, un lugar muy húmedo sin luz ni agua y “esto es un regalo de Dios”.El jefe explicó que se trata de familias que provienen de un sector de viviendas “muy precarias a quienes habíamos hecho la promesa que le íbamos a dar un hogar, y cumplimos. La idea es siempre dar viviendas dignas. Vamos a seguir en ese mismo rumbo para que cada una de las familias tenga una mejor calidad de vida, no sólo de los lugares periféricos sino de todos los barrios de Apóstoles”.En total fueron 20 edificaciones entregadas con sus respectivas instalaciones de agua potable y electricidad. Estos adjudicatarios fueron objeto de diversas promesas desde la gestión del exintendente José Cura. “El traslado se venía prometiendo desde hace más de diez años. Este intendente se movió y cumplió”, contaron vecinos. La mayoría de los que fueron reubicados son amas de casa, empleadas domésticas, albañiles y tareferos. Son de bajos recursos económicos, por lo que personal del Iprodha hizo un censo para constatarlo.





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