“Camine señora, camine”, es la frase que inmortalizó Lita de Lazzari y muchos misioneros lo están cumpliendo al “pie de la letra”, ya que recorren las diferentes carnicerías de esta localidad para comprar a bajos precios.“No está fácil”, es lo primero que afirmó la mayoría de los comerciantes consultados por PRIMERA EDICIÓN con respecto a las ventas diarias. Los pequeños y medianos negocios son los afectados con la difícil situación, ya que muchos consumidores buscan mejores valores en el mercado interno.La meseta económica, la apertura de las exportaciones y los constantes incrementos de los valores en el mercado interno, hicieron que el consumo de carne vacuna bajara considerablemente en las últimas semanas en nuestra provincia, a tal punto que las carnicerías comenzaron a buscar alternativas con ofertas de bolsas económicas para paliar el momento. En tanto, los clientes empezaron a comprar solamente por el día o en su defecto prefieren los cortes más económicos.Los precios, aseguran los comerciantes, se encuentran estables. Sin embargo estiman que en los próximos días volverá a subir ya que los abastecedores comentan por lo bajo que “el precio en gancho aumenta todas las semanas, pero poco pesos”. En este sentido, los carniceros prefieren no trasladar aún esos incrementos al mostrador, no obstante reconocen que será muy difícil soportar por mucho tiempo. “No podemos aguantar tantos aumentos en poco tiempo, además de la carne también hay otras subas y la gente escoge comprar menos cantidad, solamente para lo que va a consumir en el día”, contó a este Diario, Omar Vázquez, encargado de una carnicería de Villa Cabello y ejemplificó: “Antes venían las personas y llevaban para toda la semana y diferentes cortes. Pero ahora sólo adquieren para el día y en menor cantidad. Lo común era que compren entre uno o dos kilos para las comidas del día y ahora llevan entre 200 o 300 gramos menos”.Vázquez dio otro detalle que se repitió entre los carniceros: “Cada vez son más las personas que dejan de lado el novillo y la ternera. En mi caso prefiero tener ambas calidades, porque los días de semana se vende lo más barato, mientras que los fines de semana la gente gasta un poco más y quiere los cortes más caros, que son más blandos, pero estos casos cada vez son menos”, admitió.Otro comerciante de la zona Oeste posadeña comenzó a ingeniarse para poder vender más: “Preparamos una bolsa económica para nuestros clientes que consiste en un kilo de cada corte. El carnicero Pedro coloca en la bolsa económica: aguja, osobuco, molida, paleta, y esta tiene un valor de 200 pesos. Pero también va preparando a pedido de los clientes, por ejemplo, los fines de semana vendemos una bolsa de asado: costilla, falda, chorizos y pollo. Lo único que no colocamos en ningún de los casos son los cortes de pulpa sola, porque encarecen mucho y ya dejan de ser una economía”, comentó José Da Silva, quien también observó la gran diferencia que hacen las personas a la hora de comprar por cantidad. Agregó, Da Silva que “hay cortes que se dejaron de vender como el peceto y lomo. Solamente en casos especiales, como cumpleaños y esos festejos”, indicó.Cortes económicos“Aguja, paleta, marucha, son algunos de los cortes de carne que más vendo en esta zona”, indicó Jorge Martínez, propietario de un comercio ubicado en el barrio Miguel Lanús, sobre la ruta nacional 12. Añadió que “se nota mucho que bajó el consumo de las personas del barrio, porque la mayoría de mis clientes son de esta zona. Meses anteriores teníamos clientes que llegaban de otros barrios cercanos, incluso de Garupá y Candelaria, quienes compraban mercaderías para toda la semana”.José Cardozo, un comerciante del centro posadeño y con muchísimos años en el rubro, aseguró que cada vez es mayor la competencia, por eso se busca alternativas para atraer clientes. “Hay carnicerías que bajan carne de animales de la zona (interior de Misiones o sur de Corrientes), “que son más duras, pero de menor costo. Cada uno debe buscar la conveniencia comercial porque la situación no está fácil para nadie, menos para los comerciantes”. Este hombre comentó que hace varias semanas que el animal en gancho no tiene aumento, aunque admitió que “si sube el precio de la media res no me va a quedar otra que trasladarlo al cliente, porque no podré soportarlo. En otros rubros, noto que todos los productos vienen con un pequeño incremento”, adelantó.El comerciante prefiere trabajar solamente con animales pequeños (son los más tiernos, novillito y ternera): “Mis clientes son siempre los mismos, buscan calidad antes que precios bajos”, dijo y explicó que “las personas deben tener en cuenta algo muy importante, el novillo y la ternera no sufrieron aumentos considerables como sí ocurrió con la carne de vaca, porque en este último caso los abastecedores aprovecharon las exportaciones para levantar el precio base. Los valores no subieron en las últimas semanas, pero eso no significa que no puedan subir en los días que se vienen”.En la misma sintonía se mostró Omar Godoy, quien dijo: “No veo que aumentó en los últimos días, pero sí bajó bastante la venta de la carne, es impresionante como la gente no compra más como antes que llevaban para la semana o incluso para guardar en el freezer”.“La sensación es la misma que tienen todos los comerciantes, esperamos confiados en que en el segundo semestre cambie la situación del país, porque lo más difícil de sobrellevar es la incertidumbre, no saber si las cosas van a mejorar o empeorar. Tengo fe en que los sueldos subirán y que los precios se mantendrán estables”, cerró. Corrientes de a 100 gramosGrandes cadenas de supermercados correntinos comenzaron a mostrar carteles de ofertas de carnes de a 100 gramos, una estrategia que surge en medio de la escalada inflacionaria y la caída del consumo.El precio de la carne vacuna subió 24% durante el primer cuatrimestre del año, respecto de los valores de diciembre, por lo que el kilo de carne molida alcanzó los 124,90 pesos en mayo. Carteles amarillos con letras y números rojos y grandes muestran un fuerte impacto ante los ojos de los consumidores, con la idea de representar que el precio no es tan elevado al ofertar por 100 gramos y no mostrar de la misma manera el costo por kilo. Los carteles escritos a mano cambian de precio todos los domingos y muestran sólo los cortes más baratos de carne, mientras el costo del asado es exhibido en tamaño minúsculo, de acuerdo a un relevamiento realizado por la Agencia Noticias Argentinas.





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