Madre paraguaya, padre argentino y una inesperada puja entre dos selecciones colocaron a la posadeña e hija única, Cecilia Melgarejo (25 años), en una verdadera encrucijada que tuvo un final feliz.“Ceci” debutó el pasado fin de semana en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) con la selección argentina de vóley de playa, en el Sudamericano Femenino de Mayores. El torneo se realizó a más de 400 metros sobre el nivel del mar y con la presencia de 16 parejas de Chile; Ecuador; Venezuela; Uruguay, Bolivia, Paraguay, Brasil y Argentina.La presentación de Melgarejo con la “celeste y blanca” fue histórica para la nacida en la tierra colorada, como así también para el vóleibol misionero en la modalidad playa. La posadeña formó equipo con la mendocina Florencia Di Césare (21) de 1,79 metro. Fueron la única pareja argentina en el Sudamericano. Allí derrotaron a Paraguay por 2 a 0. Luego cayeron ante Venezuela II por 2 a 0 (dupla que al final fue la campeona) y en el cierre de la fase de grupos fue también caída, 2 a 0 frente a Venezuela I (fueron terceras).Antes de este debut, sin precedentes para una joven misionera en la Selección argentina de beach voley, hubo una historia que merece ser contada.¿Fuiste campeona en varias fechas del circuito argentino y paraguayo en 2014-15?Sí. Comencé a jugar vóley de playa en 2014, merced a una invitación de una amiga paraguaya llamada Paula Melgarejo. Tiene el mismo apellido que yo, pero no somos parientes. Al jugar juntas todos nos preguntaban si éramos hermanas (sonríe). Nos complementamos muy bien y rápido ganamos varias fechas del circuito de Argentina y Paraguay.¿Jugaste al vóleibol bajo techo antes de empezar en la arena?Sí, claro. Jugué al vóleibol desde chica y por varios años lo hice en Brujas de Posadas, junto a los entrenadores Marta Prieto y Hugo Cardozo. Luego dejé por estudios.¿Te tentaron para jugar con la Selección de Paraguay?El año pasado entrené junto a la Selección paraguaya de vóleibol de playa de mayo a octubre, iba a nacionalizarme porque mi mamá es paraguaya, pero al final por una lesión y posterior operación en los meniscos no se concretó. Quizás el destino me tenía preparada otra cosa.¿Y cómo llegó tu llamado a la Selección argentina?A fines de 2015 y en plena recuperación (NdR: se operó de los meniscos de ambas rodillas al mismo tiempo), recibí un mensaje que decía “Cómo estás de la lesión”. Respondí: “Recuperándome, bien”. Pero quería saber quién era y me dijo: “Soy Sebastián Stach, manager de la Selección argentina de beach voley”. Me quería morir, no lo podía creer. Este año cuando retomé las prácticas volvió a escribirme y me dijo: “Estás convocada para representar a Argentina en el Sudamericano de Bolivia”.¿Tuviste dudas a la hora de elegir una selección?A la hora de decidir no dudé en jugar para la Argentina. Es algo único e inexplicable vestir esta camiseta. Mi papá es argentino y mi mamá paraguaya, pero ella hincha por Argentina en todo, no me iba a decir que juegue para Paraguay. ¿Qué pasó por tu cabeza a la hora del debut con la celeste y blanca?Lloré cuando me convocaron, no lo podía creer. Ni cuando me recibí había llorado (en 2015 se recibió de profesora de educación física). Imaginate cuando me puse la camiseta y salimos a la cancha. Es un momento único. Representar a tu país es increíble e inexplicable. Siento que estoy en un sueño.¿Cuál es tu objetivo a futuro?Yo quiero ser la número uno de la Argentina, tengo enfocado en mi cabeza el vóleibol. Me di cuenta que esto es que lo que quiero en la vida.“Ceci” llevó el beach voley a Miguel LanúsHace no más de tres meses Cecilia, profesora de educación física, se hizo cargo de la Escuela Municipal de Vóleibol de Playa en Miguel Lanús. La experiencia fue un éxito y ya son más de 40 los chicos que se sumaron a las prácticas.“Les dije que es un deporte precioso, pero tienen que trabajar muy duro si algún día quieren llegar a la Selección argentina”, señaló la “profe” Melgarejo.“Pero cuando se enteraron que yo iba a jugar para la selección, no lo podían creer. Quedaron más incentivados que nunca. Espero que esto les brinde un mayor ánimo para seguir, al igual que a mí”, resaltó la misionera.





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