El director de Gas de la Provincia, José María Tomaselli, se mostró preocupado por la ausencia de señales respecto a la licitación del tramo final del Gasoducto del NEA, que quedó en suspenso en vísperas de las elecciones. Consultado por PRIMERA EDICIÓN, el funcionario señaló que en el sector técnico de Enarsa, al que consulta frecuentemente, “nadie sabe nada de lo que pasará con las obras de Corrientes y Misiones, porque la decisión política la tiene el gobierno nacional, por eso no tengo un dato concreto y, puedo decir, mi situación es de incertidumbre”.Tomaselli destacó, en cambio, que “Enarsa como institución está trabajando a full en la terminación de las obras adjudicadas en Chaco, Formosa y Santa Fe”, con lo cual avanza la posibilidad de que el Gasoducto que se inicia en Salta, donde se recibe la energía de Bolivia, comience a funcionar sin las extensiones a Corrientes y Misiones.La terminación depende de una decisión política del gobierno nacional, que debería abrir los sobres o llamar a una nueva licitación. Tomaselli estimó que no habrá novedades antes del segundo semestre, pero se mostró esperanzado en que el gobierno de Macri, “que anunció obras para el Norte argentino con el Plan Belgrano”, llame a una nueva licitación. En cuanto al riesgo de que Misiones quede afuera del mega proyecto de distribución de gas natural, dijo el funcionario, “si eso ocurriera, se estaría fomentando la brecha entre Misiones y el resto del país, y reforzando las asimetrías que ya tenemos con el país central”.“Falta lo más barato” Al respecto, Tomaselli recordó que las licitaciones que faltan son tres, una es el cruce del Río Paraná, una obra importante, de 28 o 39 kilómetros bajo agua, que no es extensa en sí, pero se hace más compleja por el anegamiento de las zonas adyacentes, en Chaco; en tanto que las otras dos corresponden al trazado del ducto por los territorios de Corrientes y Misiones. “Viendo los números, en realidad el gran costo de este gasoducto es el gran tramo entre el Juana Azurduy en Salta y Formosa, Chaco y Santa Fe, que insume el 92 o 91 % del costo total; el resto es cañerías mucho más finas”, dijo y agregó que “sería una injusticia que no se haga, porque lo que falta proporcionalmente a lo que ya se gastó, es poco, estamos hablando de una obra de 4.188 kilómetros y de una cañería de 24 pulgadas que es carísima respecto a la que viene a Corrientes y Misiones, que no tiene destino de exportación, entra en 12 pulgadas y llega a Iguazú en 6, un caño bastante barato proporcionalmente a lo que cuesta el de 24 pulgadas”.





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