Más de trece disparos, percutados por una pistola nueve milímetros y un revólver calibre .38, <a href="http://www.primeraedicion.com.ar/nota/215567/todos-los-detalles-de-la-investigacion-que-da-por-esclarecido-el-dob.html">acabaron con las vidas de Sebastián Vega y Rodrigo Ibarra</a>. Los cuerpos fueron hallados en el asiento trasero de un Chevrolet Agile, en las primeras horas del 17 de diciembre pasado, en la chacra 97 del barrio Tacurú.Concretado el doble homicidio, los hombres que jalaron del gatillo comieron un asado y bebieron hasta saciar su sed, en la casa del empleado de Emsa que fue detenido, junto a su esposa e hija, en calidad de presuntos colaboradores.Justamente, el encargado de preparar el asado fue el dependiente de la empresa de energía eléctrica. La esposa e hija llevaron a los presuntos autores hasta el punto de encuentro con Vega e Ibarra, en inmediaciones de la avenida Chacabuco y avenida Costanera, en la zona oeste de la ciudad.Después de la cena, de acuerdo con datos surgidos de la investigación, el lucifuercista y su mujer llevaron a uno de los asesinos a Paraguay, en el Peugeot 408 de la familia.Esa circunstancia fue captada por las cámaras de video de Migraciones, en la cabecera argentina del puente Posadas-Encarnación.No fue el único dato interesante surgido en las últimas horas de la investigación. Después del asado, mientras uno de los verdugos era trasladado al vecino país, el otro dormía en una de las habitaciones de la casa del empleado de Emsa.El juez Fernando Verón analiza la situación procesal de estas personas. Por el momento no tendría elementos suficientes para determinar si sabían, fehacientemente, del crimen; que los dos hombres a los que llevaron a encontrarse con Vega e Ibarra tenían en mente asesinarlos.Esta arista es importante, porque podría definir si la fiscalía los acusa de encubrimiento o de participación secundaria.La calificación provisoria es “homicidio calificado por el concurso premeditado de dos o más personas, criminis causae, agravado por el uso de arma de fuego”.El único hombre que resta arrestar es el más “pesado” de la banda, aquel que atravesó el puente poco después del doble homicidio. Encuadramiento legal• Homicidio criminis causae es el que se comete para ocultar un delito anterior. En el caso del doble crimen de Sebastián Vega y Rodrigo Ibarra, los pesquisas sostienen que los asesinaron ultimaron a este último para que no quedaran testigos y lograr, de ese modo, impunidad.En este sentido, los autores materiales son los más comprometidos.• El supuesto amigo de Vega, aquel que lo sacó de la casa con el ardid de que tenía el arma que le había pedido, podría caberle la acusación de “encubrimiento” o “participación secundaria”. Este imputado solicitó la excarcelación, recurso que fue rechazado por el juez que interviene en la causa.• La relación del criminal que ahora es buscado por Interpol con la familia del empleado lucifuercista era peculiar. En enero de este año habrían efectuado un viaje a San Justo, provincia de Buenos Aires. Al parecer, el sicario paraguayo habría regresado con unos 300 mil pesos en efectivo. Al parecer, era el cobro por un cargamento de marihuana.





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