Años atrás Indra Devi expresaba: “Ha significa el sol y tha quiere decir la luna. Hatha Yoga se refiere a las cualidades solares y lunares de la respiración y del Prana, energía vital sumamente sutil que existe en el aire en forma de fluido. Todo ser viviente, desde las amebas hasta los seres humanos, está cargado de Prana. Sin él no hay vida.”El profesor Hermógenes completaba ese concepto: “Ha es el polo positivo y tha, el negativo. Es la antigua ciencia de las polaridades de la bioenergía o aliento vital –Prana-, que mantiene el cuerpo sano y vivo.La energía solar o positiva (ha)-masculina- nos penetra con la inspiración a través del orificio nasal derecho, y la lunar o negativa (tha) –femenina- por el orificio nasal izquierdo.” Entonces “el elemento de mayor importancia en el Hatha Yoga es el prana, que absorbemos principalmente por vía respiratoria… y la respiración, además de su función fisiológica y bioquímica, según el Yoga clásico es también un fenómeno energético y psíquico… Las dos corrientes energéticas se manifiestan a nivel fisiológico, respectivamente, en los impulsos nerviosos ortosimpáticos (ha, estimulante) y vagosimpáticos (tha, depresor), en el anabolismo-catabolismo, en la acidez-alcalinidad y en la fisiología en general como ‘hiper’ o ‘hipo’ funciones… Cuando predomina el equilibrio (Hatha), reina la salud orgánica.”Ya en nuestros días, la Prof. Beatriz Dávila resume el proceso del Hatha Yoga expresando que “es el equilibrio de los contrarios: otorga fortaleza pero también ligereza en el cuerpo y en los pensamientos; combina la expansión con el recogimiento; nos llena de energía y al mismo tiempo nos apacigua; complementa nuestros aspectos femeninos con los masculinos; el ejercicio con la quietud; la acción con la intuición; los elementos físicos con los sutiles; el hemisferio cerebral derecho con el izquierdo; restablece la conexión entre mente y cuerpo; equilibra los excesos y deficiencias en cada centro de energía; constituye un maravilloso método para la longevidad, la calidad de vida, la salud psicofísica, la paz interior, la autoconsciencia, la autoconfianza y la afectividad. Sus virtudes son infinitas. Como todas las ramas del Yoga, es un camino para el encuentro con la Conciencia Universal; sin embargo, sus técnicas practicadas por sí solas también generan cambios interiores positivos y bienestar general”. Aquí y ahora, en la colchoneta y en tiempo presente, en la hora de Yoga, se armonizan en la práctica los eternos principios universales de género y polaridad. Namasté.Colabora: Ana LabordeProfesora de [email protected]. 4430623





Discussion about this post