Es la primera exposición de Silvia Alarcón, una joven artista que se animó a presentar una muestra dejando atrás los miedos. En conjunto con la artista Alejandra Ciganda pensaron en la naturaleza, “a las dos nos gusta trabajar con la naturaleza y pensamos en esa mariposa que comienza como una oruga hasta convertirse en esa maravilla. Por eso la llamamos Muta, es como que todo tiene que ver con la transformación, todos pasmos un proceso de mutación y de allí surge la idea”, cuenta Silvia a SextoSentido con mucha pasión como si estuviera recreando los momentos de creación. Sus obras son de arte contemporáneo y abstracción, temáticas que le daban un poco de temor mostrar y que el público por ahí no pudiera disfrutarlas, al no entenderlas, pero evidentemente pudo lograr esa conjunción, pues te encontrás en un Yaparí con ramificaciones, con un escenario que se sale de las paredes y continúa en el piso, o es lo contrario, nace en el suelo y se desarrolla, creciendo, mutando en ramificaciones. Aprovechen para salir en estos días, no dejen de admirar el arte que crece en Posadas de la mano de fantásticas artistas. Silvia reconoce: “me gustan los grafismos y me gusta mucho el blanco y negro. Mis obras todas son en blanco y negro, y en algunas les di una base de gris para no contrastar demasiado con las obras de Alejandra (Ciganda) que tienen color. Silvia explica que “siempre los artistas mostramos lo que tenemos adentro, eso que te va pasando y lo vas transmitiendo de alguna forma. Cada una expresa a su manera, me gusta el blanco y negro, aunque me dicen “incluí colores”, pero como que no puedo. En este caso trabajo un árbol, algo que me fascina, y surge luego la Emperatriz del bosque, ella surge fantásticamente”. La belleza, el bosque, es lo que la artista desea mostrar. Trabaja con el blanco porque le significa pureza y le gusta el contraste que tiene con el negro, que para ella es sinónimo de elegancia. Al dar diseño gráfico en su carrera de Técnica en Arte, fue su mejor momento de encuentro con el blanco y el negro. “Es el inicio y es lo que me gusta, es una técnica que comenzás trabajando y me encantó. Ahora sigo trabajándola porque siguen seduciéndome todos los contrastes y no dejo de sorprenderme, es como que no termino de descubrir todo”, así la joven mamá de dos varones es que conjuga su vida cotidiana con el arte. Y dice: “A todos nos pasa algo allí dentro. Y Muta es parte de un proceso personal, nace en mí y se presenta con la belleza exuberante de la naturaleza, pasando por el pasillo de la abstracción y con un toque de creatividad. Muta cambia, todo se transforma. Selva misionera, llena de entramados y conexiones, la majestuosidad de tus árboles se extiende. Un milagro revolotea, brotan las mariposas. Esplendor y belleza coexisten con el invierno y la tempestad.





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