El espejo, los sillones, las toallas, un secador, varias cremas, un par de tijeras y las imprescindibles revistas de varios años atrás sobre una mesita. Sin embargo, esas no son revistas cualquiera. En realidad, no es una peluquería común y corriente. El dueño del lugar, el que corta el pelo, el que hace y deshace según disponga el cliente -y la moda- no es un personaje más.Las crónicas son de 1986 y en las fotos que las acompañan se ve a un grupo de hombres detrás de una pelota. Sólo el ojo experimentado encontrará allí, en esas imágenes de la célebre “El Gráfico”, nada más y nada menos que al hombre detrás de la tijera.A los 58 años, Ramón García Paredes lo confiesa: “la peluquería me apasiona tanto como el fútbol, son mis dos pasiones”, le dice a DE?PRIMERA, que llegó hasta el local de avenida Blas Parera para revivir las épocas doradas del fútbol misionero, esas de canchas repletas y equipos históricos de paso por Posadas.Reconocido por los propios hinchas como uno de los grandes ídolos de Guaraní Antonio Franco, la memoria del volante derecho es hoy un tesoro de la historia del fútbol provincial. En ella se guardan interminables anécdotas de juegos contra el “Beto” Alonso, Walter Perazzo, el “Tolo”?Gallego y hasta el más grande de todos los tiempos:?Diego Armando Maradona.En un diálogo imperdible, el “peluquero del fútbol” recuerda junto a este diario anécdotas imperdibles que ya son de todos. Y que cualquiera puede disfrutar mientras García Paredes lo pone a la moda a punta de tijera, shampoo y “maquinita” en un sillón que viaja casi treinta años para vivir de vuelta el calor de una pasión provincial.Ramón, enfrentaste a los que marcaron una época en el fútbol argentino, ¿qué recuerdos te quedan?Siempre digo en broma que tuve la mala suerte de marcar a todos los diez, al “Beto”?Alonso, a Bochini, al “Pato” Gasparini, Giampietri. Siempre dije que a ese tipo de jugadores se le nota la calidad apenas entran a la cancha. Cuando los tenés al lado, jugando, es como si no tuvieran huesos por lo livianos, lo blandos que son, esa es la diferencia con un jugador rústico. Me acuerdo por ejemplo del Diego, que la pelota le pegaba en la espalda y le caía al lado, una cosa increíble…Tuviste ese honor, sos uno de los pocos misioneros que compartió una cancha con Maradona, con la camiseta de Guaraní…Sí sí, en Guaraní pasé los mejores momentos del fútbol. Contra Maradona fue en 1979, fue la primera vez que vino a jugar a Posadas y yo tuve la posibilidad de marcarlo y de sacarme una foto con él.¿Qué recordás de ese día?Fue un momento mágico, único. Hay anécdotas que uno nunca olvida. Fue en un amistoso en Villa Sarita contra Argentinos Juniors. Antes del partido estábamos en el vestuario y vino Jorge Cyterszpiler, que era el mánager de Diego. Pidió para hablar con nosotros. La cancha estaba pesada porque había llovido.?Entonces entró, nos sentó a todos y nos dijo que venía un chico que iba a ser patrimonio nacional y que había pedido jugar acá porque quería conocer Misiones. Quería que lo marquemos y todo, pero que por favor no lo lastimemos, que lo cuidemos en ese sentido, que no seamos malintencionados. Y ese pibe era Diego Armando Maradona. Me acuerdo que entró y recorrió toda la cancha haciendo jueguito sin que se le cayera la pelota. A pesar de que me llegaba por el hombro, tenía un físico muy bien trabajado.Ese fue el día del famoso gol de mitad de cancha….Sí, y fue espectacular. Perdimos 8-6 y Diego hace ese famoso gol de mitad de cancha, de tiro libre. “Kike”?Pintos le decía a Pydd, el arquero, que la pelota se iba. Él miró y le cayó por la espalda. Fue un golazo impresionante. Y?después hizo otro gol tremendo, que gambeteó a todos los defensores. La técnica que tenía era impresionante. Hay que estar ahí, una cosa es verlo jugar y otra sentirlo. Eso es lo difícil, porque una vez que te manejaba la pelota, era imposible sacársela.Y al final, ¿le pegaron o no a Maradona?(Se ríe) Y la cancha estaba pesada. Mi especialidad era ir al piso, abajo, y en una lo cerré a Diego para obligarlo a ir por afuera, la tiró larga y lo enganché justo cuando iba a patear. Se desparramó. El referi no cobró nada, entonces lo ayudé a levantar y me dijo:?“tranquilo flaco, si no es por la copa” (risas). Le dije: “Diego, pero si ni te toqué”. La otra jugada fue más cerca del final. Maradona ya había hecho de todo, entonces se acerca?“Kike” Pintos, uno de mis compañeros y le dice a Samuel Sánchez, nuestro director técnico:?“sabés qué Samuel, qué patrimonio nacional ni que nada, yo lo voy a matar a este”. Yo ya estaba afuera y justo hacen una jugada frente al banco. Viene Diego, le mete un caño a “Pocho”?Briñóccoli, se da vuelta y queda de espaldas a nuestro arco. Ahí Pintos le tiró con todo, como para partirlo en diez, y Diego engancha la pelota y salta. “Kike” pasa de largo y nos llevó puestos a nosotros. ¿Cómo hizo para saltar??Eso es algo que nunca nos olvidamos. Ahí te das cuenta que los grandes jugadores siempre tienen una opción más.¿Qué otro partido con Guaraní te quedó grabado en la memoria?Un partido que fue durísimo fue contra San Lorenzo en cancha de Boca, que perdimos 3-1. Ahí estaban Blas Giunta, Walter Perazzo y Giovanoli, flor de mediocampo. Y recuerdo que en una pelota dividida me cruzo con Giunta, que era enorme, y como veo que me iba a levantar, le pongo la plancha. Fue terrible, me hizo temblar todo el cuerpo. Y eso que yo le había puesto la plancha. Hasta me pidió disculpas después. Era uno de los jugadores más duros.En Chaco For Ever fuiste compañero de Cucciufo, campeón del mundo en 1986, ¿qué recordás de él?Tuve la suerte de jugar con él. Fue muy triste saber de su trágica muerte. Era un gordito que vos lo veías y no dabas nada. Fue a For Ever desde Córdoba. Teníamos buenos defensores, pero el se ganó su lugar con trabajo y sacrificio.?Aparte era un jugador que a las 11 de la noche estaba durmiendo, se cuidaba hasta en las comidas. Era muy buena persona y tenía una calidad enorme para jugar. Aunque era central, nunca la reventaba, siempre salía jugando. Por eso llegó donde llegó.¿Y algún partido de esa época en Resistencia?Jugando para Chaco For Ever tuve la suerte de marcar al paraguayo Talavera, que después jugó en la selección de su país. Fue en un partido que jugamos en Rosario ante Newell’s y ahí jugaba el “Tolo”?Gallego”. Fue en 1980 y perdimos 2-1, pero lo ganábamos en los primeros minutos y te juro que nunca, pero nunca, escuché a un jugador retar tanto a un árbitro como Gallego. Le decía de todo, barbaridades, cosas irreproducibles, y no lo echaba. Ahí ves también la personalidad del jugador. Ese día debutó Jos&ea
cute; Zuttión, que después iba a revolucionar al fútbol argentino.Ramón, ¿ganaste dinero con el fútbol?Lo que gané con el fútbol lo aproveché. Gracias al fútbol hoy tengo mi casa, aprendí mi profesión, que costeé gracias al fútbol. Siempre digo que nosotros nacimos antes, porque en aquel momento no había mucho dinero. Ni representantes teníamos. Yo te puedo asegurar que hoy un “Beto”?Delpiano, un “Puma”?Ortíz o un Villarreal valdrían fortunas.?Pero es así. Antes el jugador amaba la camiseta, su lugar de origen. Uno siempre quería volver a su tierra.Sos hincha fanático de Guaraní, ¿qué opinás del actual equipo?Es mi opinión, pero no estoy de acuerdo con que haya tantos refuerzos de afuera. Hay que darle el lugar que se merece a los chicos de acá, que quizás no llegan a Primera porque no se le da la posibilidad. Yo dirigí inferiores en?Guaraní y sé que hay jugadores que pueden competir a ese nivel. Pero el jugador local también necesita que lo cuiden, que le paguen. No tiene nada que envidiarle a los de afuera.¿De donde viene tu pasión por la peluquería?Jugando en For Ever había un peluquero que nos cortaba a todos los jugadores del club. Tenía un local en el centro de Resistencia y era fanático de For Ever, entonces íbamos a tomar mate siempre. Y?como me gustaba la peluquería, un día me dijo que vaya cuando tuviera libre que me iba a enseñar. Entonces cuando no hacíamos doble turno me iba a cebarle mate y miraba como trabajaba. Así empezó todo esto. Y hoy, junto al fútbol, es una de mis pasiones.¿Qué es el fútbol para vos?Es algo que cuando yo me casé, le dije a mi señora que me prohiba cualquier cosa menos el fútbol. Es lo más grande para mí. El futbolista o cualquier deportista tiene una escuela diferente. Y?transmitir todo esto es realmente una experiencia muy valiosa.Cuando te vayas, ¿cómo te gustaría que te recuerden?(N. de R: García Paredes se quiebra, guarda silencio por algunos minutos y, con lágrimas en los ojos, responde) Simplemente como un hombre de bien, como alguien que siempre amo y disfrutó del fútbol. Para mí eso es lo más grande.





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