Encender la radio, sacar la silleta a la vereda y compartir un mate con su marido. Josefa (68) mantiene esa costumbre “desde siempre”. Mientras atardece puede ver, desde la vereda del barrio El Tajamar de esta ciudad, la llegada de sus vecinos, en auto o a pie. No son desconocidos. Sabe sus nombres, edades, tiempo de vida en el barrio. Los une el afecto y la identidad de saberse vecinos de una misma cuadra.Esos valores son los que dos jóvenes, Agostina (25) y Damián (27) de Capital Federal, buscan reforzar con la convocatoria “Volvamos a la calle” que se concretará el viernes desde las 20. Iniciada a través de las redes sociales, la invitación ya tiene más de quince mil adhesiones en todo el país.Si bien en barrios de todo Misiones se sigue manteniendo esta costumbre, en muchos se ha perdido a fuerza del miedo a los robos y asaltos, pero también por nuevos hábitos, como el de “conectarse” con el mundo a través de la televisión y las computadoras. ¿Cómo nace la propuesta?“La iniciativa la pensamos con mi cuñado Damián hace unas semanas. Habíamos salido a tomar un helado junto con mi hermana Tamara, y nos pusimos a hablar de esto, de cuánto se había perdido el salir a las veredas, de conocer al vecino, de cómo de a poco nos fuimos encerrando”, indicó a PRIMERA EDICIÓN Agostina. “Y ahí pensamos que tal vez haciendo un evento por Facebook podríamos llegar a romper el hielo. El día lo elegimos medio al azar y quedó el viernes 19 de febrero, armamos el evento y empezamos a invitar a todos nuestros amigos y de un día para el otro nos dimos cuenta que se había hecho muy masivo, y que también había mucha gente que estaba pensando lo mismo. Nunca pensamos que iba a crecer tanto, pero nos alegra que haya pasado”, agregó.“Iba a ser algo entre amigos y de repente encontramos gente de todas partes del país que se unió.. Hay mateadas organizadas en La Boca o en Moreno (Buenos Aires) o gente que nos compartió fotos mostrando que ya lo hacen”, dijo.“Nos gustaría, que sea algo que trascienda la fecha del evento y quede instaurado. Que volvamos a la calle realmente, a matear en la vereda”, resaltó.Una respuesta a la “inseguridad”Salir a las calles y veredas, volver a hacer de estos espacios un lugar donde compartir juegos, charlas, encuentros, mates, es una de las propuestas que los investigadores sociales señalan como una forma de afrontar la “inseguridad” y promover el encuentro. Así lo promovía en los años 60 en Estados Unidos, la urbanista Jane Jacobs. En el ámbito local, la investigadora de la Universidad Nacional de Misiones, Elena Maidana resaltó que la propuesta de “ganar la calle, disputar la calle, a fuerza de silleta en la vereda” y que ha vuelto a circular por las redes “responde hoy fundamentalmente a realidades metropolitanas, a condiciones de vida urbana signadas por el individualismo y el segurismo, alimentados en gran medida por los medios a fuerza de la manipulación de nuestros miedos personales y colectivos”.Ganar la calle (Por Mg. Elena Maidana Investigadora de la Universidad Nacional de Misiones)Las calles han sido desde la modernidad en adelante las vías de circulación que conectaban los espacios urbanos privados y públicos; o sea la casa con el barrio y los barrios con el centro, el ámbito doméstico con los espacios del trabajo, el comercio, la administración de la polis, la educación, la salud, el esparcimiento y más. Han sido por eso espacios de encuentros con los otros- diferentes y desiguales-; cronotopos claves de la socialidad urbana, de participación en la vida pública y de gestión de la polis. Claro que no sin tensiones, dadas las pretensiones permanentes de privatizarlas y mercantilizarlas por parte del capital así como de regularlas y controlarlas por parte del Estado. Es que no siempre conviene al poder económico-político que la gente se junte. Es más y sobre todo a partir de la restauración del biopoder global vía la expansión neoliberal, muchos de los esfuerzos hegemónicos han buscado sobre todo vaciar las calles, las plazas, los paseos, los espacios públicos que ante tanto ataque pierden la posibilidad de ser experimentados como comunes, como bienes sociales.Pero en provincias como la nuestra, aún a pesar de esas tendencias que buscan imponerse también por estos lares; todavía resisten viejas prácticas como la de sentarse con otros en espacios públicos –sin importar la edad- a tomar mate o tereré, a compartir ruidosas charlas, a estar nomás gustosamente por fuera de dictámenes que atentan contra lo colectivo y que arrastran disvalores para la vida en común.Es por eso que vale hoy más que nunca reinvindicar y practicar esas rutinas familiares, afectivas, atentas, amigables. Y es mucho lo que desde ciudades del interior como Posadas podemos sostener en ese sentido dejándonos estar con las silletas en la vereda.





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